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EL BOLSO INSONDABLE Lunes, 28 de julio de 2008. 23,56h., cuando empiezo a escribir estas líneas en mi falso diario, desde esta ciudad que me vio nacer hace ya muchíiisimos años. Estaba durmiendo, aletargado, en el cálido verano extremeño, cuando alguien me introdujo en su bolso sin fondo, confundiéndome entre los múltiples, infinitos, artilugios que allí se encontraban. A medida que mis ojos se iban acomodando a la oscuridad, pude distinguir algunas monedas, tijeras, pintalabios, clinex, llaves, un monedero, otras llaves, gafas y, más allá, me pareció distinguir unos bultos con formas extrañas que no sabría definir, pero que permanecían inmóviles entre las tinieblas de aquél extraño bolso que parecía no tener fondo. La tranquilidad fue abruptamente interrumpida como por algo parecido a un terremoto. Una mano rebuscaba entre la oscuridad, al parecer en busca de algo; me sentí zarandeado, empujado y arrojado sobre los extraños bultos, mientras la mano continuaba en busca de algo que parecía no encontrar; al cabo de unos instantes la mano se apoderó de mí y, de repente, me encontré sentado, al volante de mi coche, enfilando la salida de mi pueblo, en dirección a Madrid. No entendía nada. Una mujer iba sentada a mi lado y no cesaba de hablarme, mientras un coqueto bolso negro descansaba en su regazo. Era domingo, a eso del mediodía; en la Comunidad de Madrid había sido fiesta el día de Santiago y se presentía que el regreso del largo "puente" llevaría largas horas. Por eso habíamos salido a buena hora, para evitar los atascos y las retenciones (al menos eso quise entender a aquella misteriosa mujer que continuaba con el bolso , ahora apoyado sobre los muslos). En un momento determinado, ella inclinó el asiento hacia atrás, cesó de hablar e inició un sueñecito, mientras que yo me concentraba en la autovía, escuchando la música de Kiss FM, en la radio del coche. Atrás fueron quedando los campos y pueblos de Extremadura y los de Toledo. Penetrábamos ya en la provincia de Madrid, el tráfico ya era bastante denso, con esporádicas retenciones, las grandes ciudades del cinturón metropolitano se recortaban en el horizonte: Navalcarnero, Móstoles y Alcorcón daban paso a la capital. Madrid nos abría sus brazos. En su interior el tráfico era escaso en esos momentos. Eran las 15 horas; aquella mujer despertó justo en el momento de embocar el puente de Segovia, sobre el río Manzanares. Al parecer no conocía esta ciudad, así que la di un pequeño paseo, subiendo por la calle de Segovia, hasta la plaza de Tirso de Molina, calle de la Magdalena, calle de Atocha, Glorieta de Atocha, Santa María de la Cabeza, Batalla del Salado, Canarias y Rafael de Riego, fin de trayecto. Tomamos unas raciones en un bar y subimos a aquella casa, piso 4, sin ascensor. Cansancio, calor. El piso se hallaba en muy buenas condiciones. Mi hijo nos había dejado sobre la mesa una caja de pastas, dándonos la bienvenida. De pronto me vi de nuevo en la oscuridad de aquel bolso, dos figuras emergían de las sombras y me hablaban, reconocí enseguida sus voces: eran las de Netty, también conocida por Cartagenera, y Juan Carlos, MoroHuan. Ambos habían estado unos días invitados en mi casa extremeña. Juan Carlos había venido en su coche unos días antes. A Netty fuimos a buscarla al pequeño y lejano aeropuerto de Badajoz. Nos llenó de alegría verla bajar del avión, la reconocimos enseguida por su gran y elegante porte. En la ciudad de Mérida, capital de la Comunidad de Extremadura visitamos los restos muy bien conservados, de su magnífico pasado de tiempos de los romanos, cuando la ciudad llegó a tener cerca de un millón de habitantes. En una foto que tiene esa mujer en su blog nos podéis ver al final de la comida, con una vergonzosa botella de agua sobre la mesa, después de haber dado cuenta de sendas botellas de buen vino. Allí, en la penumbra de aquél bolso estuvimos charlando un buen rato, recordando los momentos vividos en el pueblo, en el Valle del Jerte, en La Alberca y la Peña de Francia, el río Alagón y el miedo que Netty sintió al pasar sobre el acueducto que atravesaba el río a tremenda altura. Aquella mano irrumpió de nuevo, interrumpiendo a MoroHuan que, en ese momento, contaba la explotación de que era objeto por parte de la mujer que ahora hurgaba en el fondo del bolso. Aquella noche del domingo fue bochornosa, no se movía ni una gota de aire. Apenas dormí algo, ya a la llegada del alba. A las 9 avisé a la dama, que dormía plácidamente en su cama. Me metió en su bolso, bajó la escalera y me llevó a la Junta Municipal, consultándome de vez en cuando si íbamos por buen camino; ella debía de empadronarse en la ciudad para poder comenzar así su actividad. Le pedí que me sacara de aquél bolso pues un penetrante olor a perfume ya me estaba mareando. Accedió y, después la conduje a la Calle de Alcalá, donde estaba la sede de un banco de EE.UU. y donde debía de hacer unas diligencias; posteriormente fuimos a las oficinas del DNI (Documento Nacional de Identidad) y luego nos sentamos en una terracita de la Plaza de Chamberí a tomar unas cervecitas y desde la que llamamos a Gloria (Brujilla), pero no pudo ser poder vernos. A la tarde nos acercamos a unos Grandes Almacenes a comprar un ventilador y alimentos para estos pocos días. Yo me iré al pueblo el jueves o viernes, después de acompañar a esta mujer a que haga sus cosas y ella quedará en Madrid, solita, hasta el día 5, en que los albañiles y pintores lleguen para dejar el piso bonito para que en él se establezca. Y ahora me voy antes de que me vuelva a introducir en su negro y coqueto bolso con olor a perfumes y mezclado con cortaúñas, cigarrillos, mecheros, fotos de Santiaguito, pañuelos, bolígrafos y sabe Dios qué mas cosas. Vámonos, Diario, a descansar. Este calor es insoportable, menos mal que tenemos ventilador que, aunque no enfría, al menos remueve el aire. ¿Te das cuenta Marteja de que no me he ido? Sólo estaba abandonado en el interior de un bolso negro y coqueto que una amiga tuya tiene. Salud y paz  |
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10/21/2008 5:22 am |
oye amigo tu paginas son interesantes!!buen finde semana y beso!!te dejo una poema de Amor... única llama que me queda de Dios en el sendero cierto de lo incierto. Aquí, desesperada, me contemplo la vida en un hueco del tiempo. Entrecortando pasa el sendero de luz que esperancé de sueño. ¡Oh mañanas azules que se quedaron muertas, volando en el espacio! ¡Oh anudada caricia que amaneces dispersa, cuando despierta el cuerpo! ¡Oh querer desterrarme de mis pasos turbados...! ¡Multiplican en ecos! Aquí, junto al continuo gravitar de la nada, ¡cómo asaltan mi espíritu los silencios más yermos! Mi esperanza es un viaje flotando entre sí misma... Es una sombra vaga sin ancla y sin regreso. Mis espigas no quieren germinar al futuro. ¡Oh el peso del ambiente! ¡Oh el peso del destierro! ¡Amor...! Hasta la leve ronda de tu voz perturbada, me partió la ola blanca que quedaba en mi pecho. Poemas de Julia de Burgos oema. Salud y paz Salud y paz
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10/5/2008 5:51 pm |
oye amigo tu paginas son interesantes!!buen finde semana y beso!!te dejo una poema de Amor... única llama que me queda de Dios en el sendero cierto de lo incierto. Aquí, desesperada, me contemplo la vida en un hueco del tiempo. Entrecortando pasa el sendero de luz que esperancé de sueño. ¡Oh mañanas azules que se quedaron muertas, volando en el espacio! ¡Oh anudada caricia que amaneces dispersa, cuando despierta el cuerpo! ¡Oh querer desterrarme de mis pasos turbados...! ¡Multiplican en ecos! Aquí, junto al continuo gravitar de la nada, ¡cómo asaltan mi espíritu los silencios más yermos! Mi esperanza es un viaje flotando entre sí misma... Es una sombra vaga sin ancla y sin regreso. Mis espigas no quieren germinar al futuro. ¡Oh el peso del ambiente! ¡Oh el peso del destierro! ¡Amor...! Hasta la leve ronda de tu voz perturbada, me partió la ola blanca que quedaba en mi pecho. Poemas de Julia de Burgos oema.  LOLA II
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8/11/2008 12:41 pm |
Creo que de todo lo que he leído en este espacio de amigos.com Sialguna vez llegara a visitar España, el lugar que desearía ver recorre, aspirar para llenar mis pulmones, es tu cabaña y su entorno Cuando hablas de cómo vives y recorres, tal vez es por tu narrativa, tal vez es sólo mi imaginación, me imagino un cuento donde existe esa cabaña rodeada de flores, y me imagino pintando y fotografiando cada cosa de alí jjajajajaa...soñando, pues no saldré en muchos años, si es que salgo Un abrazo para ti Es una cabaña real porque existe en tu mente, como existe también en la mente de muchos lectores, que se la han imaginado a través de algunas narraciones. Hermosas gargantas y arroyos, rodeados de lujuriosa floresta existen cerquita de este pueblillo en el que vivo. No me ha costado mucho imaginarme una cabaña en medio de esos cercanos y paradisíacos parajes. Mi casa real es una casita de pueblo, sencilla, pero con todo lo que puedas imaginar en una gran ciudad... y jamón ibérico de pata negra, junto con unos vinitos muy ricos. Ven cuando quieras. Salud y paz Salud y paz
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8/2/2008 12:07 pm |
Soledad: Siempr la realida es mejor que un cadro, así que estás invitada a comprobarlo por tí misma. Ven cuando quieras. Salud y paz Salud y paz
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8/2/2008 12:05 pm |
Amiga Inés: Me alegro saber que algo de mi país te llega, junto con estos calores que aquí nos agobian, con cielos limpios de nubes. Ya nos gustaría algún chaparrón de vez en cuando. Pero no creas, que al norte de España, las lluvias acompañan durante todo el año, veranos incluídos. Todo se andará amiga. Salud y paz Salud y paz
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8/2/2008 11:55 am |
De sòlo leer la pasada por el precipicio, me comienzan a revolotear mariposas amarillas en el estòmago y las " patas " me tiemblan y se me debilitan como las de una libèlula........no me vuelvas pasear por el vacìo que te vas a quedar sin amiga....!!! Ay Darìo....., no tienes ni idea que otra cantidad de vainas se pueden encontrar en el bolso de una mujer- es nuestro cuarto de San Alejo- por eso hay que escarbar como los perros buscando un hueso..; hay tanto revoltijo que nos toca ir tanteando con los dedos para ubicar los cacharros; cuídate de las manos de una mujer....; adivinamos hasta en la oscuridad.....! Una vez mas, mil gracias por tu hospitalidad y nos veremos en Madrid y luego en la fiesta del pueblo a ver si aprendemos a mover el vientre como lo hace tu hija... Recibe un besote igual al que te dì en aquella foto atrevida y ojalà no sea publicada, porque me espantarìa los pretendientes. Recibe mis afectos, amiga Netty ¡Ah! y de hospitalidad, nada, me debes 14538 euros, con el descuento ya incluído, jejeje. Aquí tienes mi humilde cabaña, siempre abierta, querida amiga. Salud y paz Salud y paz
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8/2/2008 11:40 am |
Pues sí, pues sí. La Mechuda ya está empadronada, es ciudadana madrileña y allá se ha quedado, descubriendo rincones. Yo, como ya me los conozco, he preferido venirme, como digo a Lina. Aquí todos los días surgen nuevas flores, los campos se renuevan y además me puedo relacionar con buenas gentes, como tú, a través de este invento que a todos nos acerca. Salud y paz Salud y paz
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8/2/2008 11:25 am |
Pues mira, Lina, me he zafado y escapado. Ahora moro, vivo o habito en mi pueblillo. Meche en Madrid debe de estar aprendiendo a conocer la ciudad o visitando museos; yo visito el río y disfruto de él. Anímate y ven, te gustará. Salud y paz Salud y paz
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De sòlo leer la pasada por el precipicio, me comienzan a revolotear mariposas amarillas en el estòmago y las " patas " me tiemblan y se me debilitan como las de una libèlula........no me vuelvas pasear por el vacìo que te vas a quedar sin amiga....!!! Ay Darìo....., no tienes ni idea que otra cantidad de vainas se pueden encontrar en el bolso de una mujer- es nuestro cuarto de San Alejo- por eso hay que escarbar como los perros buscando un hueso..; hay tanto revoltijo que nos toca ir tanteando con los dedos para ubicar los cacharros; cuídate de las manos de una mujer....; adivinamos hasta en la oscuridad.....! Una vez mas, mil gracias por tu hospitalidad y nos veremos en Madrid y luego en la fiesta del pueblo a ver si aprendemos a mover el vientre como lo hace tu hija... Recibe un besote igual al que te dì en aquella foto atrevida y ojalà no sea publicada, porque me espantarìa los pretendientes. Recibe mis afectos, amiga Netty
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