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DIEZ PROPUESTAS DE VIDA, POR MANUEL CALVIÑO, TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS. “Lo más valioso no es lo que tienes en la vida, sino con quiénes cuentas.”, con esta sentencia da inicio MANUEL CALVIÑO, PROFESOR DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA, CUBA, la presentación da su artículo DIEZ PROPUESTAS DE VIDA. CALVIÑO es el valioso y talentoso autor y presentador del programa VALE LA PENA, que semanalmente es transmitido por la televisión cubana. CECILIA   DIEZ PROPUESTAS DE VIDA, POR MANUEL CALVIÑO, TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS. 1. CUIDEMOS DE NUESTRA SALUD FÍSICA Y MENTAL. El cuerpo y la mente las dos grandes herramientas de construcción de nuestra vida. Si ellos no están en óptimas condiciones, el ejercicio de nuestra existencia será azaroso. La salud no es un don, es un logro. El bienestar no es sólo una condición de poder hacer, sino un modo de sentir una alianza con la satisfacción. 2. HAGAMOS QUE EL RESPETO PRESIDA CADA ACTO DE NUESTRA VIDA. El respeto es el sustento de nuestros valores, de la honestidad, de la pureza verdadera de nuestra alma. También se constituye en el sustento de nuestra capacidad para ser justos y entender a los demás. El respeto es la condición primaria de la convivencia y de la posibilidad de compartir. Democraticemos nuestra existencia, en todos los escenarios que compartamos. Demos siempre preferencia a la persuasión y no a la imposición, el diálogo al mandato y la decisión a la obligación coercitiva; ello traerá como resultado que nuestra vida sea más plena. La felicidad se fertiliza en el consenso. 3. CULTIVEMOS NUESTRA INTEGRIDAD Y EL AMOR PERSONAL Y COLECTIVO. Así como no hay amor en quien no se ama a sí mismo, ni existe respeto en quien no se respeta, no experimentará una vida plena quien no cultiva su coherencia, su integridad, su sensibilidad y su amor personal y hacia aquellos que lo rodean. Aquél que pierde todo esto se sumerge en la miseria del alma, y se pone a merced del egoísmo y la ignominia. 4. TENGAMOS NUESTRA MANO DISPUESTA PARA DARLA A QUIEN LA NECESITE. No estamos solos en el mundo. Somos siempre parte de una comunidad humana; la amistad, la solidaridad, el cariño y el respeto --más que un gusto o una necesidad--, una condición misma de nuestra naturaleza humana. 5. PENSEMOS ANTES DE HACER, Y DESPUÉS DE HACER, PENSEMOS. Establezcaamos una sólida alianza con la sabiduría, la prudencia y el saber. Ejercitemos la comprensión y la tolerancia. No se trata de una tolerancia resignada, sino de una tolerancia para lograr el cambio. La agresividad, la violencia y el rencor reacciones ajenas a la misión humana, que tienden a expandirse, cuando se les reproduce. Si excluimos y eludimos la respuesta violenta, la reacción agresiva y el pensamiento de odio, estaremos evitando su reproducción. 6. SEAMOS FIRMES EN LA DEFENSA DE NUESTROS DERECHOS Y EN EL CUMPLIMIENTO DE NUESTROS DEBERES. No nos constituyamos en individuos que tan sólo actúan en el espacio particular de nuestras existencias. Participemos, comprometámonos, exijamos y cumplamos. Compartamos sueños y anhelos; formemos parte de la realización colectiva. Que nada humano nos sea ajeno. Lo que le sucede a alguien en algún lugar, de alguna manera nos está sucediendo también a nosotros, o quizá nos suceda también, en algún momento de nuestras vidas. Seamos verdaderos seres humanos, en toda la acepción de la palabra. 7. HAGAMOS SUCEDER LAS COSAS Y NO NOS CONFORMEMOS TAN SÓLO CON QUE LAS COSAS SUCEDAN. Digamos sí, cuando tengamos que decir sí: cuando es nuestra opción y decisión personales. Digamos no, cuando tengamos que decir no, pero analicemos detenidamente cuando decidamos algo que competa a alguno de nuestros seres más próximos. La vida es un acto intencional. Quien no decide, no vive: tan sólo es vivido. Construyamos nuestra vida y decidamos por nuestra vida, pero afrontemos los rigores de nuestras decisiones. Quien opta por la autoexclusión, escoge el camino de su propia extinción. 8. HAGAMOS DE NUESTRA FAMILIA NUESTRA VOCACIÓN ESENCIAL. La familia es nuestro origen y nuestro destino. No importa que se comparta o no el mismo techo, o que sus miembros se encuentren físicamente muy distantes. No importa si ciertos lazos fueron rotos. Los nexos esenciales, los vínculos familiares, para siempre. Seamos madre o padre, por vocación y gusto. Eduquemos a nuestros hijos y estaremos fomentando una vida mejor para todos. Seamos buen hijo y buena hija; buen hermano y buena hermana. Nuestros padres y abuelos constituyen nuestra historia y nuestro futuro. La familia es una bendición que nos da la Vida y, a su vez, una misión que esa misma Vida nos reclama, para su desarrollo. 9. CULTIVEMOS LA FE Y CREAMOS EN LA UTILIDAD DE LA VIRTUD. Las creencias humanistas, las que anteponen el ser al tener, y el valor a la pobreza de espíritu; aquéllas que nos convocan al ejercicio de la sensibilidad y de la solidaridad, más que creencias auténticos valores. Cultivar los valores es convertir la esperanza de lograr la felicidad y el bienestar, en la certeza interna de su consecución. 10. SEAMOS BUENAS PERSONAS. Excluyamos de nuestras vidas las bajas pasiones y los rencores. No nos hagamos eco de la envidia, de la prepotencia y de la autosuficiencia. Cultivemos, en su lugar, la humildad y la sencillez. Asumamos que somos parte de lo humano, y no el único ser humano. No olvidemos nunca que formamos parte y somos elementos de una trama hermosa y sublime: la VIDA. Y VIVIR… ¡VALE LA PENA! CECILIA |
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SIENTO UNA GRAN ALEGRÍA PORQUE, AÚN SIN CONOCERNOS, ME HONRAS CON EL PRIVILEGIO DE TU VISITA, DE TU LECTURA, DE TU ATENCIÓN, DE TU INAPRECIABLE TIEMPO. SALUDOS SOLIDARIOS E ISTMEÑOS DE CECILIA CECILIA
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