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UN HOMBRE, SU CABALLO, SU PERRO Y EL CIELO. ANÓNIMO. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SAL  UN HOMBRE, SU CABALLO, SU PERRO Y EL CIELO. ANÓNIMO. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS. Un hombre, su caballo y su perro caminaban por un sendero. Después de andar un tramo muy largo -- porque en ocasiones toma un tiempo pa...ra que los muertos se enteren de su nueva condición--, el hombre se dio cuenta de que los tres habían fallecido en un accidente. La caminata era muy larga, cuesta arriba. El sol calentaba fuertemente y los tres estaban empapados en sudor y con mucha sed. En una curva del camino avistaron un magnífico portón construido en mármol, que conducía a una plaza calzada con bloques de oro y en el centro de la cual había una fuente de donde brotaba agua cristalina. El caminante se dirigió al hombre que desde una garita cuidaba la entrada. ---Buen día --dijo el caminante. ---Buen día. --respondió el centinela. --- ¿Qué lugar es éste, tan lindo? --preguntó el caminante. ---Esto es el cielo. --fue la respuesta. ---¡Qué bueno que llegamos al cielo! Tenemos mucha sed. --dijo el caminante. ---Ud. puede entrar a beber agua a voluntad. –le indicó el guardián, señalándole la fuente. ---Mi caballo y mi perro también están sedientos.—fue la respuesta del forastero. ---Lo lamento mucho. --le dijo el guarda-. Aquí no se permite entrar a los animales. El hombre se sintió muy decepcionado, porque su sed era grande, más él no bebería, si sus amigos no podía hacerlo también. De esta manera, prosiguió su camino. Después de mucho andar cuesta arriba, con la sed y el cansancio multiplicados, llegaron a un sitio cuya entrada era accesible a través de un viejo portón semiabierto. Dicho portón daba a un camino de tierra, con muchos árboles a ambos lados, que ofrecían sombra. Debajo de uno de los árboles se encontraba un hombre que parecía dormitar, con la cabeza cubierta con un sombrero. ---Buen día. --dijo el caminante. ---Buen día. --respondió el hombre. ---Mi caballo, mi perro y yo tenemos mucha sed. -- le indicó el viajero. ---En aquellas piedras hay una fuente --dijo el hombre, señalando hacia el lugar, y agregó: Los tres pueden beber a voluntad. El hombre, el caballo y el perro se acercaron a la fuente y saciaron su sed. ---Muchas gracias. --dijo el caminante, acercándose al centinela. ---Vuelvan cuando quieran. – respondió el hombre. ---A propósito, --dijo el caminante-- ¿cuál es el nombre de este lugar? ---Cielo. --respondió el hombre. ---¿Cielo? ¡Pero si el hombre que se encuentra de guardia en el portón de mármol me dijo que ese era el cielo! ---Aquello no es el cielo, aquello es el infierno. --le indicó el guardia. ---Esa información falsa debe causar grandes confusiones. ---De ninguna manera. --respondió el hombre-. En verdad, en ese lugar, cuyas riquezas un simple espejismo, nos hacen un gran favor, porque allí entran y se quedan sin poder salir jamás, aquellos que capaces de abandonar a sus mejores amigos.Ver más CECILIA |
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SIENTO UNA GRAN ALEGRÍA PORQUE, AÚN SIN CONOCERNOS, ME HONRAS CON EL PRIVILEGIO DE TU VISITA, DE TU LECTURA, DE TU ATENCIÓN, DE TU INAPRECIABLE TIEMPO. SALUDOS SOLIDARIOS E ISTMEÑOS DE CECILIA  CECILIA
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