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POTYLDA 110F
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4/20/2014 12:31 pm

Last Read:
1/9/2020 7:33 pm

ANÁLISIS CRÍTICO DE LOS FUNERALES DE LA MAMA GRANDE, DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, POR CECILIA R. SALAS



Antes de que abordes la lectura completa del presente artículo, creo necesario hacerte cierta aclaración.

Al tratar de dar inicio a la redacción del presente documento, me encontré, sorpresivamente, con una situación de absoluto bloqueo mental, de congelamiento extremo, petrificada cual moderna mujer de Lot.

La pregunta que surgía en mi mente, anulándolo todo, era: ¿cuál aporte nuevo puedo dar sobre este texto de García Márquez, que no haya sido dicho o escrito ya?
Le comenté entonces a un muy respetado y admirado escritor y poeta amigo, lo que me estaba sucediendo, y al preguntarle qué haría él en mi lugar, su lacónica respuesta fue: "Escribir sobre lo que sé", a lo que añadí: "Y sobre lo que me hizo sentir y recordar la lectura de esta novela corta."

Créeme que, como por ensalmo, se dió el desbloqueo, lo sólido cedió y el molde de cloruro de sodio fue pulverizado, siendo éste el resultado logrado.

CECILIA



ANÁLISIS CRÍTICO DE LOS FUNERALES DE LA MAMA GRANDE, DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, POR CECILIA R. SALAS D.

Según las propias palabras del autor, la novela corta Los funerales de la Mama Grande constituye, cito: "(…) una sátira del matriarcado y una gran burla de toda la retórica oficial de la literatura periodística colombiana.(...)", temas que abordaré en el juicio valorativo final.

Siete los personajes caracterizados por García Márquez en Los funerales de la Mama Grande: ésta, dos de sus nueve sobrinos --Magdalena y Nicanor--, el Presidente de la república, el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, el cura Antonio Isabel y el médico de cabecera de la Mama Grande, cuyo nombre no se menciona.

Todos ellos, tanto los principales como los secundarios, descritos por el autor de manera tal que nos permite identificarlos como seres humanos de la vida real, por sus acciones, actitudes, valores, antivalores y por lo que representan. Si me pidiesen sintetizar lo que algunos de ellos simboliza, sin vacilaciones señalaría lo siguiente:

María del Rosario Castañeda y Montero es el epítome de la corrupción, que trae equiparado el poder ilimitado; su sobrina Magdalena, cuando se convierte en novicia y deja a la Iglesia toda la fortuna heredada de la Mama Grande, simboliza el sólo aparente final de una tradición plagada de abusos e injusticias cometidos desde los tiempos de la colonia, por cuatro generaciones de la familia Castañeda-Montero, al cambiar automáticamente el antiguo statu quo por este otro no menos desesperanzador, cito: "(...)Ahora podía el Sumo Pontífice subir al cielo en cuerpo y alma, cumplida su misión en la tierra y podía el Presidente de la república sentarse a gobernar según su buen criterio, y podían las reinas de todo lo habido y por haber casarse y ser felices y engendrar y parir muchos hijos, y podrían las muchedumbres colgar sus toldos, según su leal modo de saber y entender, en los desmesurados dominios de la Mama Grande, porque la única que podía oponerse a ello y tenía suficiente poder para hacerlo había empezado a pudrirse bajo una plataforma de plomo.(...)"

Los personajes del Sumo Pontífice y del Presidente de la república representan la rapiña, tanto religiosa como estatal. La presencia del Papa en los funerales es una forma de asegurarse de que la Iglesia recibirá la donación hecha por Magdalena, de toda la herencia de los Castañeda y Montero.

De igual forma, al romper Magdalena con la tradición, desaparecen las trabas administrativas del tiempo de la colonia que, cito: ”(…)habían impedido el regreso de las tierras al Estado (…)", por lo que el Presidente de la república decide acudir a Macondo para, con su presencia, dejar clara evidencia del nuevo orden de cosas instaurado en dicho territorio, a raíz de la muerte de la Mama Grande.

Con relación a la caracterización de los personajes, tan sólo me resta agregar que existe unidad en la misma, ya que el autor no los maneja a su antojo, ni fuerza o violenta sus sicologías, para cumplir con sus particulares propósitos; muy por el contrario, los personajes coherentes, es decir, verosímiles.

Con respecto al estilo, la novela corta Los funerales de la mama Grande, que forma parte del primer libro de cuentos de García Márquez, publicado en 1962, es otra excelente muestra, cito: “( … ) del realismo mágico que define su obra, pudiéndose apreciar en todo su esplendor lo mágico y lo telúrico, armoniosamente integrado con la realidad."

Siempre he conceptualizado la forma luminosa y poética de la prosa de García Márquez como un certero dardo que atina al centro de la emoción del lector, y que se hace voz que se desgrana en múltiples y disímiles ecos, al tocar la imaginación y sensibilidad del mismo.

Considero que en Los funerales de la Mama Grande, el estilo también se reviste, a propósito, de una pomposidad inusual y de una fina y corrosiva ironía, cónsonas con los temas de los cuales se ocupa esta novela.

La novela corta Los funerales de la Mama Grande está narrada por un narrador omnisciente, en la tercera persona del singular y, en algunas ocasiones, en la primera del plural.

Con relación a la estructura, la narración inicia in extrema res y luego se reconstruye toda mediante la utilización de diversos vuelta atrás o flash back y prolepsis, retrospección o flash forwards.

Opino que en Los funerales de la Mama Grande, García Márquez asigna a una mujer -- de manera satírica, según ya se acotó--, todas las características inherentes al mito, al caudillo, a la leyenda, al caciquismo, a lo maquiavélico, al dominio y al poder que posteriormente otorgará a los hombres, en libros como el Otoño del Patriarca, publicado en 1975 y El general en su laberinto, en 1989.

Al respecto, recordemos la descripción que nos hace el autor, de la Mama Grande, cuando escribe cito: "(...)Ella era la prioridad del poder tradicional sobre la autoridad transitoria, el predominio de la clase sobre la plebe, la trascendencia de la sabiduría divina sobre la improvisación mortal. En tiempos pacíficos, su voluntad hegemónica acordaba y desacordaba canonjías, prebendas y sinecuras, y velaba por el bienestar de los asociados, así tuviera para lograrlo que recurrir a la trapisonda o al fraude electoral. En tiempos tormentosos, la Mama Grande contribuyó, en secreto, para armar a sus partidarios y socorrió en público a sus víctimas.(...)"

Con respecto a lo dicho por García Márquez en el sentido de que Los funerales de la Mama Grande se constituyen en, cito: "(…) una gran burla de toda la retórica oficial de la literatura periodística colombiana(…)”, bástenos para confirmarlo la lectura del siguiente párrafo, aquél en donde, ya moribunda, la Mama Grande dicta al notario la lista de su patrimonio invisible, el de los bienes morales, cito: "(…)la riqueza del subsuelo, las aguas territoriales, los colores de la bandera, la soberanía nacional, los partidos tradicionales, los derechos del hombre, las libertades ciudadanas, el primer magistrado, la segunda instancia, el tercer debate, las cartas de recomendación, las constancias históricas, las elecciones libres, las reinas de la belleza, los discursos trascendentales, las grandiosas manifestaciones, las distinguidas señoritas, los correctos caballeros, los pundonorosos militares, su Señoría Ilustrísima, la Corte Suprema de Justicia, los artículos de prohibida importación, las damas liberales, el problema de la carne, la pureza del lenguaje, los ejemplos para el mundo, el orden jurídico, la prensa libre pero responsable, la Atenas sudamericana, la opinión pública, las elecciones democráticas, la moral cristiana, la escasez de divisas, el derecho de asilo, el peligro comunista, la nave del Estado, la carestía de la vida, las tradiciones republicanas, las clases desfavorecidas, los mensajes de adhesión.(...)"

Aunque han transcurrido 52 años desde la primera publicación de Los funerales de la Mama Grande, considero que los mismos no han bastado para erradicar de manera definitiva el uso de aquellos términos altisonantes, huecos de significación y carentes de contenido, que día a día debemos forzosamente resignarnos a leer y escuchar, tanto en los periódicos como a través de la televisión.

La lectura de Los funerales de la Mama Grande me permitió, por otra parte, constatar nuevamente, pues ya había leído la novela en otra oportunidad, la gran similitud guardada entre el imaginario Macondo y el pueblo de mis mayores, Ocú, tal y como eran las cosas en dicha comunidad, a mediados del siglo pasado.

Las semejanzas y coincidencias variopintas...Veámoslas.

---En Ocú --último reducto feudal panameño lo llamó alguien, en una ocasión--, los campesinos también pagaban a la Iglesia los diezmos provenientes de lo por ellos sembrado y cosechado.

---Las familias de terratenientes, ganaderos y empresarios ocueños, los llamados "blancos del pueblo", se encontraban aglutinados en no más de cinco o seis familias en donde, a la mejor usanza de los Castañeda y Montero, cito: "(…)los tíos se casaban con las hijas de las sobrinas, y los primos con las tías, y los hermanos con las cuñadas, hasta formar una intrincada maraña de consanguinidad que convirtió la procreación en un círculo vicioso.(…)" Con ello se lograba, con iguales propósitos que los de la Mama Grande, que cada familia, cito: "(…) cercara su fortuna y su apellido con una alambrada sacramental.(…)"

---No tengo noticias de que en la tierra donde nació la madre de la madre de mi padre se haya practicado el derecho de pernada, pero la existencia en Ocú de un sinnúmero de medios hermanos se constituye, hasta la fecha, en la evidencia incuestionable de que ahí, al igual que en Macondo, cito: "(...)Al margen de la familia oficial (...) los varones habían fecundado hatos, veredas y caseríos con toda una descendencia bastarda, que circulaba entre la servidumbre, sin apellidos, a título de ahijados, dependientes, favoritos y protegidos.(…)"

---Cuando se consigna en la narración, cito: "(…) durante muchos años la Mama Grande había garantizado la paz social y la concordia política de su imperio, en virtud de los tres baúles de cédulas electorales falsas que formaban parte de su patrimonio secreto. Los varones de la servidumbre, sus protegidos y arrendatarios, mayores y menores de edad, ejercitaban no sólo su propio derecho al sufragio, sino también el de los electores muertos en un siglo.(…)", el pleno e impune ejercicio del delito electoral señalado acude a mi memoria, al recordar que contando con apenas 6 años de edad y en ocasión de estarse realizando en mi país - y por ende, en Ocú-- unas elecciones presidenciales y para diputados, aproveché un descuido de las personas que la vigilaban y cuidaban, para introducirme en una de las habitaciones de una casa vecina, perteneciente a un candidato postulado para ocupar una curul en la Asamblea Nacional de ese entonces.

Ese día , mis sorprendidos ojos no podían dar crédito a la imagen percibida de las voluminosas pilas de dólares distribuidas tanto en la cama matrimonial como en los cuatro o cinco canapés que ocupaban el recinto, por lo que no le presté mayor atención al incontable número de libritos que vi también sobre los mismos.

No fue sino muchos años después, ya adolescente, que supe que lo que tomé por pequeños libros eran realmente cédulas de identidad personal, y que el dinero aquel estaba destinado para la compra de votos a la población campesina ocueña, durante las mencionadas elecciones...





CECILIA


POTYLDA 110F
2043 posts
4/20/2014 4:57 pm

SIENTO UNA GRAN ALEGRÍA PORQUE, SIN AÚN CONOCERNOS, ME HONRAS CON EL PRIVILEGIO DE TU VISITA, DE TU LECTURA, DE TU ATENCIÓN, DE TU INAPRECIABLE TIEMPO.

SALUDOS SOLIDARIOS E ISTMEÑOS DE

CECILIA


CECILIA