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POTYLDA 110F
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9/23/2014 4:17 pm

Last Read:
9/24/2014 5:28 pm

IDENTIDAD HOMOSEXUAL Y POLIVALENCIA DEL DESEO, POR ARMANDO ROJAS GUARDIA, VENEZUELA. TEXTO SELECCION



En el ensayo que les reproduzco a continuación, el prestigioso poeta y ensayista ARMANDO ROJAS GUARDIA, VENEZUELA, realiza una meteórica arqueología del homosexualismo, hasta llegar a proponer, con la honestidad intelectual que lo caracteriza, un horizonte reflexivo, imprescindible para esta comunidad discriminada.
Besos camorreros de

CECILIA



IDENTIDAD HOMOSEXUAL Y POLIVALENCIA DEL DESEO, POR ARMANDO ROJAS GUARDIA, VENEZUELA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS

En todos los tiempos y en todo tipo de culturas han vivido hombres y mujeres que se han sentido atraídos por personas de su mismo sexo. Las artes y las literaturas de todos los tiempos presentan relaciones homoeróticas e historias de amor en esa dirección específica. Tales representaciones provienen de sociedades de toda índole y con todo grado de desarrollo, en próspero crecimiento o en proceso de desintegración.

Algunos ejemplos como los que se mencionan a continuación, nos dan fe de ello:

--La epopeya mesopotámica de GILGAMÉS (1700, a.C.), se refiere al rey mítico de este nombre, quien se enamoró del salvaje ENKIDU “(…) como de una esposa.”

--HOMERO, --en el SIGLO XII, a.C.--, describe en LA ILÍADA la amistad intensamente homoerótica entre AQUILES y PATROCLO.

--En el ANTIGUO TESTAMENTO (2 Sm, I, 26), se afirma que el amor de DAVID por JONATÁN era para él, cito: “(…) más dulce que el amor de las mujeres.”

--En el SIGLO VI a.C., la poesía lírica de SAFO celebra el amor entre mujeres.

--En el SIGLO III a.C., en tiempos de CONFUCIO, CHINA, se habla de la amistad entre el DUQUE LING y su amigo MIZI XIA. Al respecto, un autor contemporáneo, ROBERT ALDRICH comenta: “(…) Al pasar por un huerto de frutales, el joven le ofreció a su amigo de su melocotón en lugar de comérselo solo, y así el amor del melocotón partido se convirtió, a lo largo de muchos siglos, en un símbolo de intimidad homosexual.”

--En el BAHAGAVAD GITA, 200 a.C., se narran las vicisitudes de la comunión mística y amistosa entre KRISHNA, avatar hindú del DIOS VISNÚ -- el que sostiene y mantiene el Universo-- y ARJUNA, un príncipe guerrero.

--Entre los samurais del JAPÓN, desde el SIGLO XVI al XVIII de nuestra era, el amor de hombres adultos hacia jóvenes era la explícita regla social: “El futuro samurai es amado por hombres adultos, hasta que es mayor de edad; entonces pasa a amar a jóvenes que más jóvenes que él y, finalmente, unos años más tarde, se casa con una mujer.” (TSNUEO WATANABE, THE OF SAMURAUI, LONDRES 1989).

Ciñéndonos al ámbito específico de la civilización occidental, no es necesario abundar en la obviedad del papel protagónico desempeñado por la homosexualidad en el entramado societario de la ANTIGUA GRECIA. Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo eran practicadas, con la anuencia oficial, en todos los niveles de la vida, desde el SIGLO VII a.C. Bastaría señalar como ejemplos paradigmáticos la relación de SÓCRATES con ALCIBÍADES, tal como la relata PLATÓN en EL BANQUETE y la de EURÍPIDES con AGATÓN DE ATENAS.

Es bien sabido que el vínculo erótico entre un adulto (el erastés) y un joven (el erómanos) constituía un fenómeno usual e incluso promovido y aupado dentro de la sociedad helénica: era una verdadera institución iniciática, pedagógica y cívica. En ESPARTA, tal como lo describe y comenta PLUTARCO, existía el llamado BATALLÓN SAGRADO DE TEBAS, integrado exclusivamente por amantes y amados: lo que se privilegiará en él venía a ser la ternura erotizada del compañerismo viril, ya que la cultura espartana fue ducha en la comprensión, la pedagogía y la canalización civilizatoria de ese tipo de erótica afectiva. Para entenderla a fondo, nada mejor que leer la sección titulada CALAMUS DE HOJAS DE HIERBA, de WALT WHITMAN.

En cuanto a ROMA, el gran historiador JOHN BOSWELL , en su libro CRISTIANISMO, TOLERANCIA SOCIAL Y HOMOSEXUALIDAD. asienta de manera taxativa que, cito: “(…) En ella, ninguna de las leyes, ninguna de las normas, ninguno de los tabúes que regulaban el amor o la sexualidad castigaba a las personas homosexuales o a su sexualidad; la intolerancia a este respecto era tan rara, que en los grandes centros urbanos podría considerársela inexistente.”

Para los romanos, la inclinación homoerótica no tenía nada de perjudicial, de extravagante, de inmoral, ni de amenazador, y los homosexuales estaban plenamente integrados en todos los niveles de la vida y de la cultura. Es más: en ROMA, muchas relaciones homosexuales eran permanentes y exclusivas, y en las clases altas eran legales y comunes los matrimonios entre hombres o entre mujeres. Incluso durante la REPÚBLICA, CICERÓN consideró como matrimonio la relación del joven CURIO con otro hombre, y durante los primeros años del IMPERIO, era muy común hacer referencia a matrimonios homosexuales. MARCIAL y JUVENAL mencionan estas ceremonias matrimoniales públicas, con la participación de las familias, dotes y precisiones legales. Basta citar tanto el caso ilustrativo del poeta CATULO, cuyos poemas eróticos tanto a su novia LESBIA como a su amante masculino JUVENCIO, que da cuenta de la dirección heterosexual y de la homosexual coexistiendo en un mismo individuo, sin olvidar el del EMPERADOR ADRIANO, cuyas relaciones con mujeres no pudieron compararse en intensidad y devoción amorosa, a la que sostuvo con su amante varón ANTÍNOO.

Contrariamente a lo que suele pensarse, los 10 PRIMEROS SIGLOS de la ERA CRISTIANA no conocieron condenas explícitamente oficiales y mayoritarias de la homosexualidad. Los primeros cristianos no alentaron prejuicio general alguno a este respecto y muchos hombres y mujeres, prominentes y respetados -- AUSONIO y PAULINO; PERPETUA y FELÍCITAS --, se vieron involucrados en relaciones que se considerarían homosexuales, en culturas hostiles al homo- erotismo.

Aunque hubo autores patrísticos importantes, como AGUSTÍN DE HIPONA y AMBROSIO DE MILÁN que escribieron textos fuertemente desaprobatorios de la actividad homosexual, basándose en una lectura literalista y fundamentalista de pasajes bíblicos -- el LIBRO DEL GÉNESIS, el LEVÍTICO y la CARTA A LOS ROMANOS, de SAN PABLO--, en la ALTA EDAD MEDIA la actitud general de los pensadores y del pueblo cristiano fue más bien permisiva y tolerante, con respecto a ella.

BOSWEL ha detectado, incluso, el auge de una suerte de subcultura gay, en la EUROPA DEL SIGLO XII: “(…) El renacimiento de las economías urbanas y de la vida de ciudad, notables hacia el SIGLO XI, se vio acompañado de la reaparición de la literatura homosexual.(…) Los homosexuales eran prominentes, influyentes y respetados en muchos niveles, en la mayor parte de la sociedad europea, tanto religiosa como secular. Las pasiones homosexuales se convirtieron en temas de discusión pública y se celebraban tanto en contextos espirituales como carnales.(…)” El tipo de relación-pasión o amistad erótica entre varones fue origen de una parte de la más conmovedora poesía de la EDAD MEDIA.

Un comentario aparte merece la ESPAÑA MUSULMANA de la ALTA EDAD MEDIA. En ella era común toda variedad de relación homosexual, desde el amor idealizado hasta la prostitución. La poesía erótica sobre relaciones ostensiblemente homosexuales constituye el grueso de la lírica hispano-árabe. Escribía esta poesía todo tipo de personas de todos los estamentos. AL-MUTAMID, REY DE SEVILLA, se enamoró del poeta IBN AMMAR, de quien no soportaba estar separado “(…) ni siquiera una hora, ni de día ni de noche.” Un poco antes, en ese mismo siglo, el REINO DE VALENCIA había sido gobernado por una pareja de ex esclavos que se habían enamorado y habían ascendido juntos en el servicio civil, hasta colocarse en una situación tal como para gobernar por sí mismos. Los historiadores musulmanes, llenos de admiración, caracterizaron su gobierno como una relación de plena confianza y mutua devoción, sin indicios de competencia o de celos, y su amor fue celebrado en verso por poetas atraídos a su corte, desde toda HISPANIA. Para cerrar esta breve incursión en el ÁMBITO ISLÁMICO, conviene recordar que la mística sufí, tanto persa como árabe, privilegia la utilización de la metáfora homoerótica, para simbolizar el contacto con DIOS y la comunión con él: “(…)En brazos del amado(…)”, es la imagen recurrente de la poesía ejemplar de RUMI.

Aproximadamente hacia la mitad del SIGLO XII, comienzan a aparecer en EUROPA las primeras manifestaciones de una virulenta hostilidad hacia la homosexualidad, primero en la literatura popular y luego en la teología y los textos jurídicos.

Los principales historiadores que han estudiado el asunto señalan dos causas básicas de ese cambio de mentalidad:

--La primera es la CENTRALIZACIÓN BUROCRÁTICA DE LA VIDA SOCIAL, que se hace cada vez más explícita y enfática, extendiendo su poder de penetración reguladora y homogenizadora a todos los niveles de la existencia humana, tanto colectivos como individuales.

--La segunda radica en la INTENSIFICACIÓN GENERAL DE LA INTOLERANCIA CON RESPECTO A LOS GRUPOS MINORITARIOS, evidente en las instituciones eclesiásticas y las seculares, a lo largo de los SIGLOS XIII Y XIV.

LAS CRUZADAS CONTRA LOS NO OFICIALMENTE CRISTIANOS y LOS HEREJES, la EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS DE MUCHAS REGIONES DE EUROPA, EL AUGE DE LA INQUISICIÓN, LA PERSECUCIÓN DENODADA DE LA HECHICERÍA Y LA BRUJERÍA ponen de relieve el rechazo hacia lo que se apartaba de los patrones de la mayoría. Esa intolerancia se instaló con fuerza de ley en los estados corporativos recién formados, en la ALTA EDAD MEDIA.

A las dos causas descritas yo le añadiría una tercera:

-- La primera codificación y sistematización de la ascética cristiana, que ostenta una poderosísima influencia órfica, pitagórica, platónica, gnóstica, neoplatónica, judeo-helenista y estoica, visiones filosóficas que ajenas a la tradición bíblica. Por mediación de esa influencia, la primera ascesis cristiana --la de los PADRES DEL DESIERTO y del inicial MONACATO CRISTIANO o adopción de un estilo de vida más o menos ascético dedicado a una religión y sujeto a determinadas reglas en común --, traduce una concepción antropológicamente dualista del ser humano --el cuerpo como cárcel del alma --, y una desvalorización radical de la materia y de la realidad intramundana, todo lo cual se visualiza como el mero y efímero escenario de la prueba espiritual, que se desplomará en la gloria ultraterrena.

De esta forma, EL PLACER ES CONCEBIDO COMO PELIGRO Y AMENAZA PARA EL ALMA y lo que se impone como talante ascético es LA MORTIFICACIÓN DE LA SENSUALIDAD -- asociada a una concupiscencia contaminada por el PECADO ORIGINAL--, y, en general, POR LOS SENTIDOS.

EL CILICIO Y LA DISCIPLINA COMO INSTRUMENTOS DE PENITENCIA Y DE AUTORREGULACIÓN CORPORAL, SUSTITUYEN EL SIMPLE GOCE DE VIVIR, aquél que se dilata en los textos evangélicos, en donde se señala, cito: “(…) Vengo yo, que como y bebo (…)” y se dice: “(…) Miren al glotón y al borracho (…)” --MT II, 19--, PRIVILEGIANDO EL PAPEL REDENTOR DEL DOLOR Y LA HEGEMONÍA MORAL DEL SUFRIMIENTO. A todo esto habría que sumarle el POSTULADO ESTOICO, que fue incorporado doctrinalmente por connotados PADRES DE LA IGLESIA, durante los primeros siglos de la ERA CRISTIANA, según el cual LA FINALIDAD ESENCIAL DE LA SEXUALIDAD HUMANA ES LA PROCREACIÓN.

En este cuadro global, el amor y el contacto homoerótico de los involucrados en ello y cuya única motivación es la felicidad, empezando por la corporal -- y que connaturalmente no conocen descendencia--, tenían que ser desacreditados y reprobados.

Este talante ascético, sobre el trasfondo de la visión del mundo que él vehicula, y que se transformó en estereotipia dentro de la predicación eclesiástica –capaz de moldear conciencias, actitudes y acciones –hacen de la CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL una de las más puritanas de la Historia. Mucho más puritana, por ejemplo, que la HINDÚ y la JAPONESA.

EL HEREJE, EL JUDÍO, EL HOMOSEXUAL: estos los tres nombres de la exclusión prototípica con la que OCCIDENTE penetra en la MODERNIDAD.

Excede las pretensiones de este ensayo, pero sería a la vez aleccionador y necesario aplicar a tal exclusión las categorías antropológicas de los estudios de RENÉ GIRARD. A este respecto sólo deseo destacar lo más evidente: HEREJE, JUDÍO Y HOMOSEXUAL constituyen para la CULTURA OCCIDENTAL --tal como ella emerge de la BAJA EDAD MEDIA), lo que él denomina una, cito: “(…) víctima emisaria.”

Recordemos el axioma del cual parte el pensamiento de este autor, en su libro LE VIOLENCE ET LE SACRÉ: “ (…) Los hombres nunca capaces de reconciliarse más que a expensas de un tercero.” Este tercero es la víctima emisaria, el chivo expiatorio, cuyo sacrificio posibilita la unanimidad del grupo.

GIRARD agrega que, cito: “(…) El común denominador de la eficacia sacrificial es la violencia intestina: lo primero que el sacrificio pretende eliminar las disensiones, celos, rivalidades y querellas entre próximos.” Para que el mecanismo sacrificial funcione realmente, continúa señalando, “(…) debe suponer un cierto desconocimiento. Los fieles no deben saber el papel jugado por la violencia.” Es decir: cuanto más desconocido es este proceso -- a través del cual se sacrifica al chivo expiatorio, para salvaguardar la homogeneidad del conglomerado humano que lo ejecuta--, y más cree la gente que la eliminación de la víctima no es obra de su violencia sino de un imperativo absoluto, más se garantiza el éxito del mecanismo. Además, “(…) si la sustitución sacrificial tiene como objeto enmascarar la violencia(…) ” (Id.), esto exige que la víctima se parezca a aquellos que sustituye, aunque sin asimilarse totalmente a ellos, pero manteniendo ante todos su diferencia.

¿Qué busca enmascarar sobremanera, ante sí misma, la violencia que excluye al hereje, al judío y al homosexual del disfrute civilizatorio de OCCIDENTE? Podemos recurrir a una categoría jungiana, para explicarlo: toda sique –la individual y la colectiva– posee una dimensión arquetipal que JUNG llama la sombra, habitada por todo lo que el sujeto reprime y no acepta en sí mismo, proyectándolo en los otros. En la sombra palpita toda la vida no vivida del sujeto, pero que éste siempre ha querido vivir. La sombra es, por definición, lo opuesto a la luz (de la conciencia). El trabajo de la auténtica autorrealización síquica consiste, entre otras cosas, en llevar terapéuticamente los contenidos ocultos, inconscientes y enmascarados, de la sombra hacia la conciencia.

Al reprimir y excluir al HEREJE, OCCIDENTE pretendía enmascaradamente reprimir y excluir su propia nostalgia de libertad mental, de capacidad de disentir, de heterogeneidad pluralista, de crítica a lo instituido y normatizado, y a la estereotipia convencional.

Al excluir al JUDÍO, buscaba enmascaradamente reprimir y excluir a un pueblo que despertaba de manera secreta la envidia de los artesanos y burgueses, con respecto “(…) a los usureros y parásitos extranjeros que nada deberían poseer y en cambio se han convertido en nuestros dueños, en nuestro propio país.”, como nos afirma MARTÍN LUTERO, en 1453, en el indecente texto titulado SHEM HAMEPHORAS.

Ciñéndome al tema de estas páginas: ¿Y qué con el HOMOSEXUAL? ¿Qué quería ocultar ante sus propios ojos OCCIDENTE, al reprimir y excluir al HOMOSEXUAL? Pues nada menos que la complejidad heterodoxa del deseo, las opciones subversivamente imprevistas e inéditas de las pulsiones y el instinto, la siempre revolucionaria dinámica de EROS, reacia a ser regimentada y reglamentada por férulas legislativas, por lo sancionado como socialmente aceptado. Aún más --y lo voy a afirmar sin ambages-- lo que se quería reprimir y excluir era la tácita pero innegable constatación de que TODO HETEROSEXUAL ES, EN EL FONDO DE SÍ MISMO, UN CRIPTOHOMOSEXUAL, Y TODO HOMOSEXUAL ES UN HETEROSEXUAL LATENTE, POTENCIAL.

Me explico. SIGMUND FREUD comprobaba ya, en sus TRES ENSAYOS PARA UNA TEORÍA SEXUAL, que los sentimientos sexuales entre personas del mismo sexo en modo alguno se pueden encontrar en grupos pequeños de excluidos morales o sicopatológicos: “La investigación sicoanalítica – sus propias palabras– se opone con toda firmeza a separar de las demás personas, como un grupo de índole especial, a los homosexuales. Al estudiar también excitaciones distintas de las dadas a conocer de manera manifiesta, dicha investigación descubre que todos los seres humanos capaces de elegir un objeto del mismo sexo y que además han llevado a cabo tal elección en su inconsciente”.

En su célebre CARTA A LA MADRE DE UN HOMOSEXUAL, fechada el 9 de abril del año 1935, FREUD afirmaba que la homosexualidad, no siendo una ventaja, no es tampoco “(…) nada de lo que haya que avergonzarse(…)” “(…)no es un vicio(…)” “(…)ni una enfermedad(…)”; es “(…)una variante de la función sexual(…)” y concluía que la persecución contra los homosexuales “(…) es una gran injusticia y una crueldad(…)”.

No obstante, FREUD percibió el peligro implícito en sus propias constataciones científicas: si los sentimientos eróticos respecto a personas de un mismo sexo eran algo que, en cierta medida, todos los seres humanos conocen, ellos --esos sentimientos--, podían poner en tela de juicio las disposiciones tradicionales sobre los sexos, los modelos de identidad que habían llegado a ser naturales y las delimitaciones de ideas e instituciones socioculturales.

FREUD vio la posible solución a esta amenaza en la idea de encasillar lo relativo a esa atracción homoerótica, dentro de una determinada fase del desarrollo personal. La atracción homosexual tendría su sitio dentro del curso de ese desarrollo pero, en un determinado momento, debía ser sublimada hasta que la persona estuviera madura para la elección del objeto sexual socialmente correcto.

El maestro vienés nunca llegó a presentar las pruebas de que el deseo entre personas del mismo sexo es normal en una determinada fase del desarrollo síquico del sujeto, y anormal, más allá de dicha fase. Lo suyo fue una pura aserción teleológica. El hecho de que tal deseo aparezca en personas sanas, dinámicas y sicológicamente maduras, de toda edad y clase social, habría tenido forzosamente que derribar su hipótesis.

De todas formas, hoy forman parte del patrimonio doctrinal sicoanalítico estos tres axiomas:

1.- El ser humano ostenta una condición básicamente bisexual. Su configuración erótica está determinada por la anatomía, la(s) identificación(es) personal(es) y la elección de objeto. Operando sobre el principio de aquella básica condición bisexuada, las elecciones de objeto se conjugan con la anatomía y con la trama identificatoria, matriz de la subjetividad.

2.- La homosexualidad es fundamentalmente sólo esto: una elección de objeto. Explicar cómo alguien llega a ser homosexual es tan complicado como explicar cómo se es heterosexual; tratar de transformar a un homosexual en heterosexual es tan inútil como lo contrario.

3.- Si alguien sufre por ser homosexual, si hace un síntoma de su elección de objeto, entonces y sólo entonces tiene sentido el análisis.

A mediados del siglo pasado los KINSEY REPORTS (HOMOSEXUALIDADES: INFORME KINSEY), realizados en los ESTADOS UNIDOS, mostraban que tan sólo el 5% de las personas encuestadas para la investigación se comportaban inequívoca y exclusivamente de manera homosexual o heterosexual. Para el 90% no cabía hacer una clasificación unívoca. La escala de los comportamientos sexuales desarrollada por KINSEY contiene divisiones flexibles y comporta principalmente una zona mixta.

El INFORME KINSEY concluye que, cito: “El mundo no se puede dividir en ovejas y cabras. No todas las cosas negras o blancas. Un principio de taxonomía es que la naturaleza rara vez presenta categorías separadas; sólo la mente humana introduce categorías, e intenta ordenar los hechos en casillas diferentes. El mundo vivo es un continuo, en todos sus aspectos. Cuanto más tomemos conciencia de ello, en relación con la conducta sexual humana, más temprano llegaremos a una verdadera comprensión de sus realidades.”

De esas observaciones, KINSEY deducía la consecuencia de que, en principio, era necesario abandonar la denominación homosexual, aplicada a personas. Según él, en el mejor de los casos, se puede hablar de, cito: “(…) individuos con un determinado grado de experiencia heterosexual y un determinado grado de experiencia homosexual.”

En la década de los noventa del SIGLO XX, y con una influencia que dura hasta nuestros días, se levanta la TEORÍA QUEER contra el hombre y la mujer universalmente concebidos como una dicotomía que pretende hacer invisible la condición histórica de esos dos géneros, ya que para tal teoría estos meros productos de una tecnología del poder, en el sentido foucaultiano.

De esta manera, se busca desanclar nada menos que la misma noción de GÉNERO, disolviendo su naturaleza pretendidamente esencial, y remitiéndola a la historia y a la cultura, como escenarios de la voluntad de poder. Los TEÓRICOS QUEER visualizan la identidad como construcción social.

El GÉNERO es, para JUDITH BUTLER (CUERPOS QUE IMPORTAN. SOBRE LOS LÍMITES MATERIALES Y DISCURSIVOS DEL SEXO.), una puesta en escena, detrás de la cual no hay nada esencial. El GÉNERO es un performativo, una palabra que realiza, que simplemente pone en acto --teatralmente no tiene más entidad que una puesta en escena--, lo que dice.

Con razón, después de este tipo de discurso teórico, en las metrópolis del PRIMER MUNDO se habla ya de que vivimos una ETAPA HISTÓRICA POST GAY. Si la subcultura gay empieza a tener un peso social específico y notorio a partir de los disturbios de 1969, cuando los homosexuales neoyorquinos se enfrentaron a la policía, a raíz de la muerte de JUDY GARLAND en STONEWALL INN (*), dentro de aquellas mismas metrópolis actualmente los prejuicios y controles han cedido hasta tal punto, que las prohibiciones quedaron suprimidas, se promulgaron leyes contra la discriminación y se desarrollaron formas legales, para la protección de las relaciones homoeróticas. Ha empezado a invisibilizarse, a raíz de esos avances en la historia de las mentalidades, la subcultura gay vivida como ghetto.

¿Qué pensar de todo ello? Voy a adelantar mi posición teórica, que no es la de un científico, sino la de un escritor homosexual y, además, venezolano.

Si bien es cierto que la pregunta de si ALEJANDRO MAGNO, o EPICURO en su relación con PITOCLES, o HARMODIO y ARISTOGITÓN --los amantes griegos que en el SIGLO VI, A.C. murieron tratando de derrocar la tiranía de HIPIAS e HIPARCO, y que en el mundo antiguo fueron modelos de mutua devoción y fidelidad y celo patriótico--, o si WILLIAM SHAKESPEARE, en su vínculo homoerótico con el destinatario de los SONETOS, o MIGUEL ÁNGEL, en su pasión amorosa con TOMASSO, eran homosexuales, viene a resultar absurda pues ninguno de ellos conocía esas categorías, que datan del SIGLO XIX (específicamente de 1869) y ellos no sentían conforme a las mismas, ni vivían dentro de sus límites; me parece, sin embargo, que no podemos ni debemos renunciar con facilidad a la noción de IDENTIDAD, más si se le otorga a esa noción el sentido pragmático, sanamente utilitario -- afín con lo mejor de la filosofía utilitaria inglesa--, de una hipótesis de trabajo sico-individual y social; de un pivote orientador, de un punto de referencia en nuestro mapa mental; en definitiva, de un ancla valorativa del esfuerzo que implica vérnoslas con nosotros mismos, con los otros y con el mundo que nos rodea.

Nunca como ahora una cultura hegemónica, a través de la tecnología, impacta a las culturas marginales y las fragmenta, creando confusión en la identidad de comunidades enteras, grupos y personas. Desde los centros del poder mundial se difunde una cultura bastante homogénea, que invade y choca contra las de cada región y de cada pueblo; con sus valores y costumbres propias, generadas a lo largo de los siglos.

Es dentro del marco de esa fragmentación generalizada, paradójica consecuencia de una globalización hegemónica, que reivindico la noción de IDENTIDAD.

Desde estos presupuestos:

1) Habría que hablar de IDENTIDADES --así, en plural--, más que de IDENTIDAD MONOLÍTICA, no sólo para serle fiel a la multiplicidad síquica del ser humano, que es un descubrimiento irrenunciable de la MODERNIDAD, y que guarda intrínseca relación con la polivalencia estructural de la dinámica del deseo.

2.) La noción de identidad, pragmática, utilitaria--repitámoslo: hipótesis de trabajo, pivote orientador, punto de referencia, ancla teórica y valorativa --, se vuelve ostensiblemente necesaria, en un caso como el venezolano, cuyo atraso en materia de protección legislativa de los derechos homosexuales resulta patente: se trata de una sociedad todavía ayuna de paradigmas positivos para el EROS HOMOERÓTICO, condenado de modo explícito o tácito al ostracismo y a la humillación colectiva.

Renunciar a la identidad, en nuestro caso, es sencillamente un contrasentido cultural y una equivocación política. Significa olvidar culpablemente que esa identidad tiene sus mártires: no hace falta remitirse a los 250 MIL HOMOSEXUALES sacrificados en los CAMPOS DE CONCENTRACIÓN NAZIS, o a los ejecutados y vejados en IRÁN, RUSIA y NIGERIA; basta con recordar a los transexuales asesinados en los últimos dos años, en la AVENIDA LIBERTADOR, en CARACAS.

Así como los judíos actuales hipersensibles ante el más mínimo asomo de antisemitismo y están constantemente dispuestos a recordarnos a todos la realidad atroz e incontrovertible del HOLOCAUSTO, de la misma manera la victimización padecida secularmente por el homosexual debe ser recordada cada vez que haga falta, con el propósito de que cese o, sencillamente, para que nunca más se repita.

Para finalizar, quiero señalar lo que percibo en mí y en muchas personas que conozco y amo: nuestra preferencia, preponderante elección del objeto erótico, combinada con la trama identificativa de la que esa elección es eslabón, configura una dirección no sólo de la sexualidad, sino también de la sensitividad, la sensualidad y la sensibilidad.

Busco en mi relación con el hombre un acorde de la ternura. Ese acorde es esencialmente viril: sólo un hombre puede manifestarlo. La mujer puede alcanzar una inmensa gama de matices de la ternura, pero no lograría nunca expresar ése que me fascina y arroba. El acorde al que me refiero es el de la ternura erotizada del compañerismo viril. Nadie lo ha celebrado mejor que WHITMAN.

Siempre me he aplicado aquellas palabras de FRANCO ZEFIRELLI: “Soy homosexual, no gay.”, y es que, desde que asumí consciente y voluntariamente mi homosexualidad, percibí que disentía de los códigos soterrados o evidentes de la subcultura gay. Por ejemplo, nunca amé en mi pareja una belleza física que respondiera a los estúpidos estereotipos de esa subcultura; no busqué jamás en ella un determinado valor de cambio, en la economía del gusto vigente; quise, eso sí, un cuerpo transfigurado por una sique, una historia existencial y un desarrollo ético.

Pero, desde hace algún tiempo, algo ha empezado a cambiar en mi percepción del asunto. Lo expresaría de este modo: si todo ha conspirado, a lo largo de los siglos, para que la existencia homosexual sea vivida bajo el yugo moral de la pesadez; si ese yugo moral se ha traducido en un vasto y profundo acorralamiento social, cultural y religioso, ¿no viene a resultar positivo y acaso grandioso que aquella misma existencia homosexual ofrezca a la colectividad, como réplica, como contraofensiva, un programa de vida vertebrado precisamente por lo gay, --es decir, por lo que NIETZSCHE llamaba el espíritu de ligereza y de allí la Gaya ciencia, su Gay saber--, signado por la alegría, la jovialidad y la saludable diversión compartida, que no es necesariamente frívola?

Éste es mi modesto homenaje mental, a una comunidad discriminada.

_____________

(*) En su momento, muchos cronistas no dudaron en conectar la muerte de la actriz JUDY GARLAND con los inmediatamente posteriores sucesos del Village, tras sus funerales. Sea o no cierta dicha conexión, lo que está claro es que la REVUELTA DEL STONEWALL en la noche del 27 y la madrugada del sábado 28 de junio de 1969, fue la primera ocasión en la historia occidental en que transexuales, gays y lesbianas se enfrentaron a un sistema que les perseguía y discriminaba, con el beneplácito del GOBIERNO Y AUTORIDADES NORTEAMERICANOS.

Los sucesos de STONEWALL reconocidos, hoy por hoy, como el catalizador del movimiento moderno por los derechos LGBT en el mundo, y se conmemora anualmente en todo el planeta por grupos, asociaciones e instituciones.





CECILIA


POTYLDA 110F
2043 posts
9/23/2014 4:20 pm

SIENTO UNA GRAN ALEGRÍA PORQUE, AÚN SIN CONOCERNOS, ME HONRAS CON EL PRIVILEGIO DE TU VISITA, DE TU LECTURA, DE TU ATENCIÓN, DE TU INAPRECIABLE TIEMPO.

SALUDOS SOLIDARIOS E ISTMEÑOS DE

CECILIA


CECILIA