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ELLAS O EL DRAMA DE LAS MENORES EMBARAZADAS, POR GRISELDA LÓPEZ, PANAMÁ. TEXTO SELECCIONADO Y EDITAD  ELLAS O EL DRAMA DE LAS MENORES EMBARAZADAS, POR GRISELDA LÓPEZ, PANAMÁ. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS No hay nada más dramático que ver a una niña, cuyo cuerpo no ha llegado a formarse todavía, ni emocional ni psíquicamente, en estado de embarazo. No hay drama más triste que esa niña que lleva en su cuerpo a otro ser, sin tener conocimiento de cómo atenderlo y cuidarlo, para que el mismo crezca y goce de una vida sana, y cuyo futuro no sea tan incierto como el de ella. No hay drama más injusto, que saber que esa niña y ese niño están solos. Porque no existen responsables. La sociedad solamente la hace responsable a ella. Sí, porque es ella y no hay él. No aparece el masculino por ningún lado: ni el adolescente, ni el adulto, ni el viejo. Sólo ella. A ella es a la que se exhibe, a la que se le acusa, a la que se estigmatiza. Y es allí donde reside lo peor del conflicto. Ante este drama humano, resulta incomprensible ver cómo muchas personas, grupos y medios de comunicación hacen burlas y bromas al respecto, y comentan con ligereza sobre algo que involucra a dos seres humanos y cuya responsabilidad le compete a la sociedad en la que viven. Últimamente hemos presenciado las reacciones epidérmicas de diversos sectores, sobre temas que ameritan un análisis profundo, tomando en consideración todas las aristas del problema. A flor de piel surgen las posiciones más reaccionarias y arcaicas, que considerábamos superadas, a la luz del siglo XXI. ¿Qué sucede, realmente, en una sociedad en donde hay tantas menores embarazadas? ¿Cómo fortalecemos nuestra educación, cultura y valores, a través de acciones concretas y reales? ¿Por qué no fortalecemos el rol de nuestras mujeres, dentro de la sociedad? ¿Por qué no le enseñamos a los varones, desde la escuela, a ser responsables? Este es un punto que nadie toca, ni aborda, pues existe temor de que se imparta educación sexual, laica e integral, en nuestras escuelas. Pero observemos lo que se les ofrece a nuestra niñez y juventud, a través de los medios de comunicación nacionales y extranjeros; en las redes sociales y en la clase de música que se difunde, situaciones todas que evidencia indiscutible de la permisividad existente en la enseñanza explícita del sexo. Estas áreas que nadie se atreve a enfocar. Es más fácil atacar el problema por el lado más frágil, aquél que no puede defenderse, que analizar toda la gama de circunstancias que conducen al hecho. Hay que abarcar muchas cosas, porque este es un problema de derechos humanos, de derechos de la mujer, del niño y de la niña (sin Rae). Estas menores constituyen un grupo que necesita educarse y no alejarse de la escuela. Madre y padre a la vez. Una frase que debe desterrarse de nuestro lenguaje, porque al varón se le hace muy cómodo dejarle la toda la responsabilidad a la otra persona. Pero, ante todo, debemos evitar que el fenómeno siga ocurriendo, pero sin irnos a posiciones extremas. Lo que analicemos de manera integral y conjunta con todos los sectores de la sociedad, evitará que presenciemos dramas como el de las cárceles, llenas de personas sin futuro; impedirá que caminemos por calles inseguras y que tengamos que cumplir, a medias, con los Objetivos del Milenio, cuando ello no debería ser así, si somos responsables. Las niñas embarazadas ya las futuras madres y, como tales, hay que tratarlas.  CECILIA |
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SIENTO UNA GRAN ALEGRÍA PORQUE, AÚN SIN CONOCERNOS, ME HONRAS CON EL PRIVILEGIO DE TU VISITA, DE TU LECTURA, DE TU ATENCIÓN, DE TU INAPRECIABLE TIEMPO. SALUDOS SOLIDARIOS E ISTMEÑOS DE CECILIA  CECILIA
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