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POTYLDA 110F
2178 posts
1/29/2015 1:42 pm

Last Read:
1/30/2015 6:37 am

EL EXILIO EN CASA, POR JUAN MANUEL ROCA, COLOMBIA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS.





EL EXILIO EN CASA, POR JUAN MANUEL ROCA, COLOMBIA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS.

¿Qué pensaría Ud. al encontrarse con ratas muertas o en agonía, en su café preferido o en la escalera de su edificio? Posiblemente, que vive una pesadilla o que lee demasiado la Biblia, con sus Nilos de sangre, invasiones de ranas, gavillas de mosquitos, nubes de langostas y un Faraón cercado por diez plagas y el Dios de Israel. O, como el portero del edificio del DOCTOR RIEUX, en la argelina ciudad de ORÁN, que es cosa de bromistas.

Escrita en 1947, dos siglos después de EL AÑO DE LA PESTE, de DANIEL DEFOE, la novela LA PESTE de ALBERT CAMUS recuerda que, cito: “(…) ha habido tantas pestes como guerras y, sin embargo, pestes y guerras cogen a las gentes siempre desprevenidas.”

Todo empezó un día, en una ciudad portuaria con espacios fóbicos al árbol; cenicienta y mortecina pero, como la mujer envuelta en piel de asno, con una seducción oculta. Una ciudad de gente modosa, que cree en el matrimonio, al que CAMUS llama “(…) una larga costumbre a dúo.”

Llega la peste. La ciudad portuaria, como una muñeca rusa que guarda dentro otras muñecas, parece parir ratas moribundas. Tras limpiar calles y rincones de esas emisarias de la muerte, un nuevo cortejo envuelve a la ciudad en atmósferas de espanto. Como si pasara el FLAUTISTA DE HAMELIN –al que evoca GÜNTER GRASS en LA RATESA–, las ratas morían a los pies de los habitantes. Entre el 16 y el 25 de abril, según el expediente estadístico, se recogieron 6, 321 ratas muertas. Con las primeras muertes humanas, la peste y el miedo hacen pareja.

CAMUS, que en su relato señala la precariedad de la razón, la brutalidad del ser y la tragedia humana, hace de su novela un coto de caza para el pensamiento y parece decirnos que el miedo nos hace reflexivos.

Toda esta crónica de la peste flota en una vigilante pesadilla. Cuando se tiene que acudir al “(…)servicio municipal de desratización(…) ” y el periódico local debe rendirse a la evidencia, se desplazan las demás noticias y sólo se habla de fiebre, ganglios, vómitos y muertos, todo lo que empieza a hacer de ORÁN una ciudad supurante.
La felicidad no sabe contar. Nadie hace el censo de los momentos felices de un hombre, pero siempre hay un ábaco para contar tragedias y muertos. CAMUS nos recuerda que el ESTADO se niega a ver los males de la sociedad, pues resulta mejor la ignorancia que el pánico. Pero, con los centenares de muertos a causa de la peste, no hay quien pueda esconder la cabeza.

Un paisaje enfermo humaniza más a los personajes de la novela. La llegada de un ángel pestífero a un mundo profiláctico, hace meditar en la muerte y en la vida. Un tema constante empieza a ser la incomunicación: el exilio en casa y el de quienes no pueden volver a ORÁN, para visitar a sus familias; el exilio de los que se fueron, el exilio de los que se quedaron. Hasta el lenguaje sufre mutaciones y palabras como transigir, favor y excepción se ahuecan de contenidos.

En la novela se describe una visión cercana a un cuadro de BREUGHEL, con carretones de ratas muertas. CAMUS traza un símbolo, cruel como la llegada de los bárbaros y también, como los bárbaros, promotor de reflexiones, para un alegato moral.

El sentido agonista termina cuando la peste, tras miles de muertos, desaparece. Vuelven los trenes y se acaba la feroz cuarentena de la ciudad. Pero el autor aún nos reserva la duda, cuando acota, cito: “(…) el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás; durante decenios puede permanecer dormido en los muebles, en la ropa, en las alcobas, en las maletas.”

La peste, como la guerra, quizá no sea más que la forma de hacer al hombre prisionero de su impotencia.




CECILIA


POTYLDA 110F
2043 posts
1/29/2015 1:43 pm



A todo aquél que visita mi sitio le doy las gracias, pues aún sin conocernos, me honra con el privilegio de su lectura, de su atención y de su inapreciable tiempo.

Los invito afectuosamente a que enriquezcan mis notas con sus comentarios y a que continúen visitando mi espacio, que es también el suyo, lugar en donde siempre serán bienvenidos.

Saludos solidarios e istmeños de
CECILIA




CECILIA