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BIOGRAFÍA DEL BEATO MONSEÑOR OSCAR ARNULFO ROMERO, EL SALVADOR. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CE  A propósito de la reciente firma del PAPA FRANCISCO, del Decreto que confirma la beatificación del ARZOBISPO DE SAN SALVADOR ÓSCAR ARNULFO ROMERO, luego de que en el pasado enero se le reconociera como mártir in odium fidei (en odio a la fe). CECILIA   BIOGRAFÍA DEL BEATO MONSEÑOR OSCAR ARNULFO ROMERO, EL SALVADOR. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS. OSCAR ARNULFO ROMERO nació en CIUDAD BARRIOS, REBÚBLICA DE EL SALVADOR, el 15 de agosto de 1917. Fue el segundo de 8 hermanos. Sus padres fueron SANTOS y GUADALUPE DE JESÚS. Provenía de una familia humilde y modesta: su padre era empleado de correo y telegrafista y su madre se dedicaba a los oficios domésticos. De niño, OSCAR era tímido y reservado; tuvo que interrumpir la escuela debido a una enfermedad. A los 12 años trabajó como aprendiz de carpintero y a los 13 se apersonó a las instalaciones de una ordenación sacerdotal, en donde le comunicó a las autoridades del lugar sus deseos de hacerse sacerdote. Un año después, en 1937, OSCAR entró en el SEMINARIO MENOR DE SAN MIGUEL, SAN SALVADOR, donde permanecíó 7 años. Poteriormente fue enviado por las autoridades eclesiásticas salvadoreñas a ROMA, a estudiar Teología. En la capital italiana vivió las penurias y sufrimientos causados por la SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. Oscar fue ordenado sacerdote e hizo su tesis doctoral a los 25 años, en Roma. A su regreso a la patria, su primera parroquia fue ANAMORÓS. Luego fue destinado a SAN MIGUEL, en donde realizó su labor pastoral durante 20 años. El 3 de mayo de 1970 recibió la notificación de haber sido nombrado OBISPO y fue ordenado como tal el 21 de junio del mismo año. Fungió como OBISPO AUXILIAR de MONSEÑOR LUIS CHÁVEZ y GONZÁLEZ. Vivió en el SEMINARIO MAYOR SAN JOSÉ DE LA MONTAÑA, en donde conoció y se hizo amigo del PADRE RUTILIO GRANDE. Fue nombrado OBISPO DE LA DIÓCESIS DE SANTIAGO DE MARÍA, el 15 de octubre de 1974, tomando posesión del cargo el 14 de diciembre del mismo año. Para estas fechas, se había recrudecido la represión contra los campesinos, sindicatos, estudiantes y otros sectores populares salvadoreños organizados. En SANTIAGO DE MARÍA, MONSEÑOR ROMERO experimentó la realidad de pobreza y miseria en que vivían los campesinos y cortadores de café y caña, y entendió que muchos de sus amigos ricos, que ayudaban en obras de caridad, eran los mismos que negaban a sus trabajadores un salario justo. Lo que como sacerdote conoció en SAN MIGUEL, como OBISPO DE SANTIAGO DE MARÍA lo comprobó: la enorme pobreza, injusticia social y represión, que contrastaba con la vida ostentosa de unos pocos. En medio de un ambiente de injusticias, represión e incertidumbre, MONSEÑOR ROMERO fue nombrado ARZOBISPO DE SAN SALVADOR, el 23 de febrero de 1977, cuando contaba con 59 años. Para muchos, su nombramiento fue sorpresivo. En su lugar, se esperaba el nombramiento de MONSEÑOR RIVERA, quien por muchos años fuera auxiliar de MONSEÑOR CHÁVEZ y GONZÁLEZ. El Gobierno y la oligarquía, conformados por grupos pudientes, se alegraron con el nombramiento: ROMERO era su candidato, ya que esperaban que frenara el ritmo de avance pastoral y social de la Arquidiócesis. A un mes escaso de haber iniciado su nueva designación, ROMERO se vio impactado por el asesinato de su amigo el PADRE RUTILIO GRANDE, el 12 de marzo de 1977. Recogiendo las sugerencias del Clero, accedió a celebrar una misa única en la CATEDRAL, como un signo de unidad de la Iglesia y repudio a la muerte del PADRE RUTILIO y sus acompañantes. MONSEÑOR ROMERO continuó la pastoral de la Arquidiócesis, dándole un impulso profético nunca antes visto. Su lema fue: “SENTIR CON LA IGLESIA.” Su principal preocupación consistió en construir una Iglesia fiel al Evangelio y al Magisterio de la misma, poniendo la Arquidiócesis al servicio de la justicia y la reconciliación en el país; sirviendo de mediador en muchos conflictos laborales; creando la OFICINA DE DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS; abriendo las puertas de los templos para dar refugio a los campesinos que huían de la represión y persecución en el campo; dando impulso al SEMANARIO ORIENTACIÓN, a la RADIO YSAX, a la prédica y liberando la palabra. Domingo a domingo, MONSEÑOR denunciaba las injusticias y hacía urgentes llamados a la conversión y a la paz. Su palabra era motivo de consuelo y esperanza. A pesar de la claridad de su prédica, MONSEÑOR, como JESÚS, fue calumniado. Le acusaron de revolucionario marxista, de incitar a la violencia y de ser el causante de todos los males de EL SALVADOR. Jamás salió una palabra de rencor y violencia de sus labios. Su mensaje fue claro: no se cansó de llamar a la conversión y al diálogo, para solucionar los problemas del país. De las calumnias, se pasó a las amenazas de muerte… MONSEÑOR sabía muy bien el peligro que corría. A pesar de ello, nunca abandonó al pueblo. Y cumplió. Su vida terminó igual que la vida de los profetas y de JESÚS. MONSEÑOR OSCAR ARNULFO ROMERO fue asesinado el 24 DE MARZO DE 1980, mientras celebraba misa en la CAPILLA DEL HOSPITAL LA DIVINA PROVIDENCIA, en SAN SALVADOR, REPÚBLICA DE EL SALVADOR. CECILIA |
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