Reset Password
Reset Link Sent
| Blogs > POTYLDA > BIENVENIDOS, AMIGOS |
|
CUBA, EL PRECIO DE LA SINGULARIDAD, POR LEONARDO PADURA, CUBA. TEXTO SELECCIONADO POR CECILIA R SALA  LEONARDO PADURA, CUBA, recibió recientemente de manos del Rey de España el PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS EN LETRAS 2015. Este laureado escritor es uno de mis favoritos, como lo acreditan los diversos artículos y fragmentos de sus textos, que suelo publicar muy a menudo, tanto en mis sitios de FB, como en esta red social.. Admiro en PADURA su enorme acervo cultural, su inagotable capacidad de trabajo y el empeño investigativo que suele singularizar al mismo, a la hora de abordar la creación de una nueva obra. Admiro en PADURA su notoria capacidad para entretejer en sus novelas del género negro las más intrincadas tramas detectivescas, protagonizadas por MARIO CONDE --su alter ego, sostienen algunos--, cuya lectura capta de principio a fin la atención de sus lectores, y le han hecho merecedor de múltiples premiaciones nacionales e internacionales. Admiro en PADURA su inquebrantable vocación ética y filosófica como escritor e intelectual para señalar y, a la vez, proponer soluciones que tienen como propósito prevenir y sanar el creciente deterioro del comportamiento cívico de muchos de los ciudadanos que conforman el cuerpo social cubano. Admiro en PADURA su diáfana y certera prosa, que aborda con temeraria valentía los cotidianos problemas que agobian a los habitantes de su natal Isla, negándose a callar aquello que muchos otros escritores cubanos que viven en Cuba suelen cautelosamente soslayar, como nos lo demuestra el artículo de la presente Nota. CECILIA   CUBA, EL PRECIO DE LA SINGULARIDAD, POR LEONARDO PADURA, CUBA. TEXTO SELECCIONADO POR CECILIA R SALAS. Hay un país del mundo donde un maletero de hotel, un cuidador callejero de automóviles y hasta un vendedor de aguacates gana más dinero que un médico, un ingeniero y un profesor universitario. Ese país, por supuesto, tiene que ser extremadamente singular, atípico y, por ello, para conseguir una existencia más digna, los ingenieros devienen en maleteros o taxistas; los profesores dedican una parte de sus horas libres a repasar alumnos, por salarios que triplican --o más--, su estipendio oficial. También hay médicos que crían cerdos o dependen de los regalos de sus pacientes o de la remesa que, desde el exterior, les envía algún pariente. Es un país donde se han emprendido cambios para recuperar la normalidad alterada por las deformaciones de la singularidad, en un proceso lento pero necesario, cuyos últimos objetivos y formas --otro caso de la singularidad--, no conocen de modo claro los que viven en él… los que vivimos en ese país. Desde los inicios de la revolución de FIDEL CASTRO, muy pronto anunciada como un proceso político y económico de carácter socialista, CUBA comenzó a convertirse en ese país singular. Mientras el gobierno se dedicaba a practicar una política internacional de marcado carácter tercermundista --con un notable énfasis en la solidaridad internacional, en el espíritu latinoamericanista, etc.--, hacia el interior de la sociedad se aplicaban beneficios más bien propios del primer mundo, que iban desde el acceso gratuito a una medicina, una educación y una práctica deportiva de calidad, hasta el pleno empleo, el ascenso social e intelectual de la mujer y muchos otros más. Para que los cubanos viviéramos en el primer mundo faltaron siempre, sin embargo, las posibilidades de satisfacer determinadas preferencias materiales, o las de vivir en una sociedad abierta al mundo, a la confrontación de ideas y a la opción aceptada del desacuerdo. CIUDADANOS DE UN SEGUNDO MUNDO La combinación de uno y otro extremo de ese diapasón de posibilidades e imposibilidades, nos colocó en una especie de segundo mundo, --que poseía elementos de los dos conocidos--, a la vez que le faltaban otros aspectos, casi que en igual proporción. El resultado --o uno de ellos--, fue revestirnos de nuestra peculiaridad política y social, madre de la singularidad visible, en las vidas y opciones de los individuos. En los últimos 20, casi 25 años --los que corren desde la desaparición de la UNIÓN SOVIÉTICA y su soporte económico--, la singularidad cubana se incrementó: en medio de tantos derrumbes, el gobierno persistió en el modelo socialista ya establecido y mantuvo su proyección internacional tercermundista, pero de los beneficios del primer mundo, pocos de los mismos sobrevivieron o han sobrevivido, con lastres y abolladuras: una educación pública que ha perdido calidad, una salud gratuita que se dispensa en hospitales a veces ruinosos; una práctica deportiva que, sin decirlo a las claras, ha arriado la bandera antes orgullosa del amateurismo; el reconocimiento de que el Estado/Gobierno no puede emplear y pagar salarios dignos a cada cubano; el renacer de la prostitución y la ya mencionada necesidad del ingeniero de reciclarse como taxista. Con el proceso de cambios emprendido en los últimos 5 ó 6 años, la singularidad cubana empieza a diluirse en un movimiento que nos acerca cada vez más --y de manera dramática para la mayoría de la población--, a formas y soluciones vitales más cercanas al tercer mundo con el que comulgamos y al que pertenecemos, que al primer mundo, con el que intentamos competir, al menos en determinadas disciplinas. Si bien es cierto que la mortalidad infantil cubana es menor que la norteamericana, que el país gradúa médicos en cantidades suficientes para enviarlos a trabajar a VENEZUELA, a BRASIL y a otras decenas de países del mundo sin que colapse su sistema sanitario, también es cierto que lenta pero inexorablemente CUBA se va convirtiendo en un país en donde unos --esa dramática minoría--, tienen más que otros --esa trágica mayoría--; en donde, para mantener su control político, el gobierno ha debido emprender una cruzada contra la corrupción y en el cual, lenta pero de manera visible, renace la empresa privada, porque tanta singularidad resultaba insostenible, incluso para seguir siendo parte del tercer mundo. CECILIA |
|||
|
A todo aquél que visita mi sitio le doy las gracias, pues aún sin conocernos, me honra con el privilegio de su lectura, de su atención y de su inapreciable tiempo. Los invito afectuosamente a que enriquezcan mis notas con sus comentarios y a que continúen visitando mi espacio, que es también el suyo, lugar en donde siempre serán bienvenidos. Saludos solidarios e istmeños de CECILIA CECILIA
|
×
×