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POTYLDA 110F
2178 posts
1/15/2016 10:25 am

Last Read:
1/15/2016 10:27 am

MADURAR ES SABER REÍRSE DE UNO MISMO, AUTOR DESCONOCIDO. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R



En su momento, ALFRED EINSTEIN sentenció sabiamente: "Maduramos el día en que nos reímos francamente de nosotros mismos."

CECILIA



MADURAR ES SABER REÍRSE DE UNO MISMO, AUTOR DESCONOCIDO. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS.

MADURAR es un objetivo que, de lograrse, promete serenidad y disminución del sufrimiento existencial. De hecho, el proceso de maduración conlleva una permanente reducción de la importancia personal y de la importancia que, a su vez, parecen tener las cosas.

A medida que crecemos, nos damos cuenta de nuestro aparente rol en el mundo. En un principio, creemos que todo lo que hacemos es muy importante y que tendrá un gran efecto en nuestro futuro; en otras palabras: nos tomamos nuestra vida muy en serio. Sin embargo y a medida que vamos viviendo, nos damos cuenta que no somos tan importantes como creíamos, que debemos tomarnos la Vida con más filosofía y reír de casi todo lo que nos pasa.

Conforme crecemos y nos desarrollamos, vivimos la cara y la cruz de la moneda de casi todas las situaciones de la Vida. Dicha toma de consciencia, de pronto, nos permite liberarnos del miedo sutil que inspira la solemne dramatización del camino de ida.

El hecho de reconocer que hemos cometido casi todos los pecados que tiempo atrás condenábamos, disuelve la circunspección con la que se adornan los asustados púberes, que todavía creen en lo que opinan.

El sentido del humor constituye una clase de alabanza que --como signo de flexibilidad--, pone en tela de juicio las verdades que encorsetan a este mundo pleno de ambición uniformada, colmado de clones que reproducen el éxito oficial.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA REIRNOS UN POCO MÁS DE NOSOTROS MISMOS?

En principio, no reñir con aquellas partes de nosotros que no dan la talla -- nuestra seriedad, nuestros kilos de más y nuestra importancia personal, entre otras-- y, seguidamente, proclamar nuestras debilidades y carencias, justo en el momento en que aparecen por la puerta de nuestra consciencia.

Una vez reconocidas, conviene dejar el camino de la culpa y la exigencia, y cruzar por el que dice: “Hay que reírse de nuestra limitación y torpeza, antes de que éstas se olviden y desaparezcan.”

Así:

Riamos del miedo al fracaso, del temor al engaño y del fantasma de la soledad.

Riamos de nuestra incertidumbre y de nuestra ansiedad soterradas.

Riamos de nuestra vergüenza por el ridículo que un día hicimos y de nuestras exageraciones patológicas.

Riamos de nuestra inseguridad, de nuestras lágrimas en el cine y de nuestros anhelos por encontrar la pareja perfecta.

Riamos de nuestro intestino, de nuestras comilonas y de las adicciones varias.

Riamos de nuestro cuerpo, de nuestras enfermedades y de la sutil decadencia.

Riamos de la enfermedad y del miedo a una muerte sin regreso.

Riamos de nuestros dolores, de nuestras lágrimas y de nuestros miedos a empezar una vez tras otra.

Riamos de nuestro orgullo, de nuestras envidias y de nuestra impaciencia.

Riamos de nuestros anhelos espirituales, de nuestras fantasías y de nuestras variadas ansias.

Riamos de nuestra insolencia, de nuestros fallos y de la puntual estrechez de nuestra consciencia.

Riamos de nuestra incomodidad ante la crítica, de nuestro perfeccionismo y de la densidad de nuestra cólera.

Riamos de nuestros bajones y de nuestras carencias.

Riamos del flujo de nuestro dinero, de nuestras pasiones y de nuestras emociones extremas.

Riamos de los momentos opacos, de nuestros ciclos bajos y de las noches oscuras de nuestra alma.

Riamos por no haber hecho lo que queríamos, por no habernos enamorado más de la Vida y por haber perdido el profundo sabor de la presencia.

Riamos de los momentos miserables, en los que sentimos perdido el noble rostro de nuestra alma.


CECILIA


POTYLDA 110F
2043 posts
1/15/2016 10:27 am



A todo aquél que visita mi sitio le doy las gracias, pues aún sin conocernos, me honra con el privilegio de su lectura, de su atención y de su inapreciable tiempo.

Los invito afectuosamente a que enriquezcan mis notas con sus comentarios y a que continúen visitando mi espacio, que es también el suyo, lugar en donde siempre serán bienvenidos.

Saludos solidarios e istmeños de

CECILIA




CECILIA