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TRES POEMAS... Tres los poemas escritos por diferentes poetas: CONSUELO TOMAS, PANAMÁ; GUSTAVO TATIS G Y ALVARO MARÍN, COLOMBIA, dedicados a las víctimas de los conflictos bélicos, ese inhumano y deshumanizante flagelo que tiene todas las trazas de nunca desaparecer de la faz del planeta. CECILIA I. NIÑO IRAQUÍ VIENDO LA SOLEDAD DEL AGUA, POR GUSTAVO TATIS G, COLOMBIA. Ahora no tengo otra compañía que la soledad del agua busco entre los muros la sombra del abuelo que abre una puerta y la luz dorada me invade la cara pero ya no está él ni la casa donde jugábamos ni la calle donde nos sentábamos a ver llegar el invierno. ¿Adónde fueron las estrellas que vimos juntos en las noches más solas cuando aún no habían bombardeado el cielo? II. OF THE NIGTH, POR CONSUELO TOMAS, PANAMÁ (a los niños de IRAK, SUDÁN, KOSOVO, COLOMBIA) Bárbara es la hora en que los niños se adormecen con lágrimas ya secas. Surcos sin memoria en el infierno atravesando sus rostros. Caminan como abandonando callan como un siglo sin palabras se muerden los labios esperando que el verbo se convierta en pan y les calme un hambre interminable. Cuando hablan si es que lo hacen un puñal les sale de la boca un odio agrio les parte la garganta en mil pedazos y ya no les sale sangre apenas preguntas que lanzan al aire como pelotas filosas para seguir andando para curtir abismo para fluir de piedra. Salen en las fotografías de los periodistas y su mirada de huérfanos eternos nos resulta demasiado. Niños del desierto o del mar distante un continente los escupe para que otro los rechace. Sin honor sin patria alguna vez madre niños sin nadie sin nada flotando vida que terminará antes de lo probable por su previo veneno. Apenas la cerca o la bandera rota recuerdos mutilados de noche perpetua por una maquinaria de horrores y su artillería infame. Para ellos no hay esperanza que nadie se engañe. III. DE LAS ALMAS MUERTAS, POR ALVARO MARÍN, COLOMBIA. Cómo entender los prolongados silencios del árbol cómo discutir el monólogo del río cómo iluminar el resplandor de un incendio cómo leer la sangre abierta. Cómo curar las heridas del día cómo leer las manchas del sol cómo cantar estas muertes. Cómo entender al trastornado cómo curar los rostros del miedo cómo contarle al que pasa cómo hablarle al que pasa. Y cómo, si lo que pasa, lo que atraviesa esta noche trescientas mil almas caídas en la guerra. CECILIA |
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A todo aquél que visita mi sitio le doy las gracias, pues aún sin conocernos, me honra con el privilegio de su lectura, de su atención y de su inapreciable tiempo. Los invito afectuosamente a que enriquezcan mis notas con sus comentarios y a que continúen visitando mi espacio, que es también el suyo, lugar en donde siempre serán bienvenidos. Saludos solidarios e istmeños de CECILIA CECILIA
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