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UN HASTA LUEGO A MI PADRE ELIGIO SALAS MARÍN, A PROPÓSITO DE SU PARTIDA, POR ALCIDES E SALAS D, PANA  UN HASTA LUEGO A MI PADRE, EN OCASIÓN DE SU PARTIDA... CECILIA   UN HASTA LUEGO A NUESTRO PADRE ELIGIO SALAS MARÍN, A PROPÓSITO DE SU PARTIDA, POR ALCIDES E SALAS D, PANAMÁ. TEXTO EDITADO POR CECILIA R SALAS. El “Viejo”, como cariñosamente identificábamos a nuestro padre ELIGIO SALAS MARÍN dentro del íntimo núcleo familiar, procedía de una familia de orígenes muy humildes del pueblo de Ocú. Ocú es una comunidad culta, cuyos habitantes han tenido la oportunidad brindada por la educación, de manifestarse en diferentes esferas del saber humano, tanto en las letras, la música, las artes, la medicina y la medicina veterinaria, como en la odontología, la jurisprudencia, la educación y otras actividades que sería muy largo enumerar. Durante su vida, nuestro padre se distinguió por el interés y empeño que dedicó a tres cosas básicas y fundamentales: La primera de ellas, su firme CONVICCIÓN RELIGIOSA, inculcada desde su niñez por su madre – nuestra abuela Clota--, quien con el ejemplo de su trayectoria de praxis y servicio católicos en beneficio de la comunidad ocueña, contribuyó permanentemente a que la misma fuese norte y guía de sus vástagos. El AMOR de mi progenitor POR SU TERRUÑO NATAL Y POR SU GENTE, --sin hacer distinciones en cuanto a la procedencia, nivel cultural, económico ni social de los habitantes de las áreas circunvecinas--, fue el segundo de esos tres elementos básicos de sus querencias y proyectos de vida. En una de nuestras largas conversaciones con nuestro papá, éste nos comentó cómo uno de sus profesores del INSTITUTO NACIONAL, su alma máter, con suma elocuencia solía recordarles que, cito: “(…) la tierra en donde a uno le entierran la tripa del ombligo, nunca se puede olvidar.” Gozaba nuestro padre de una privilegiada memoria, la cual le permitía caracterizar con detalles pormenorizados a los distintos personajes que formaban o habían formado parte activa de la sociedad ocueña. De esta manera, solía relacionar a cada individuo con su árbol genealógico y luego procedía a narrar -- a través de una conversación amena y detallada--, las anécdotas, comentarios o vivencias relacionados con el personaje en cuestión. Todo ello nos facilitó el conocer de primera mano, a gran parte de los antiguos moradores de Ocú y a sus descendientes La tercera y última de sus arraigadas vocaciones fue su PERMANENTE INTERÉS POR LA EDUCACIÓN. El MAESTRO ELIGIO, título que le identificaba plenamente y le llenaba de sumo orgullo, dedicó la mayor parte de su vida pública a la educación nacional panameña. Como integrante de la PRIMERA GRADUACIÓN DE MAESTROS DE PRIMERA ENSEÑANZA egresados de las aulas del INSTITUTO NACIONAL, inició su carrera como maestro rural; posteriormente formó parte del CUERPO DE INSPECTORES DE EDUCACIÓN de la REPÚBLICA y, en las postrimerías de su ejecutoria como funcionario público, finalmente desempeñó el cargo de SUBDIRECTOR NACIONAL DE EDUCACIÓN PRIMARIA, haciéndose merecedor de la MEDALLA MANUEL JOSÉ HURTADO, máximo galardón al que pueden aspirar los educadores en la REPÚBLICA DE PANAMÁ.. Guardamos con mucho celo y cariño una fotografía en blanco y negro tomada en 1938, en las gradas de la entrada del INSTITUTO NACIONAL, que le hizo llegar a nuestro papá una entrañable amiga ocueña, correspondiente a todo el CUERPO DE INSPECTORES DE EDUCACIÓN DE LA REPÚBLICA DE PANAMÁ, para esas fechas. En la misma aparecen retratados educadores de la talla y valía de OCTAVIO MÉNDEZ PEREIRA, MANUEL E MELO, PABLO T CALVO y RUBÉN DARÍO CARLES, PADRE, así como las imágenes de ERNESTO J CASTILLERO R., EUSTOLIO CASTILLERO, ISAURO CARRIZO, MANUEL G. CASTILLERO y JUAN ANTONIO MEDRANO, oriundos también de Ocú. ¿Qué decir de nuestro padre, en el íntimo ámbito de nuestra vida familiar? Poseedor de una recia y rigurosa personalidad, nos inculcó desde muy temprana edad el respeto y ejercicio por y de los valores éticos, cívicos y morales que debe tener presente cada ser humano a lo largo de toda su vida, haciendo especial énfasis en aquellos que de ineludible cumplimiento por parte de los funcionarios encargados del manejo de la cosa pública, cosa arduamente difícil de conseguir en nuestro medio, como es del conocimiento de los presentes. Nuestro padre, junto con nuestra madre, también educadora, nos enseñaron con su ejemplo el amor hacia la lectura y el estudio…Rememoramos nuestra infancia y adolescencia transcurridas bajo la inteligente guía de ambos, cuando las sobremesas de los almuerzos y/o cenas se convertían en momentos de activo diálogo, durante los cuales se abría todo un abanico de probabilidades para el debate abierto y el rejuego de preguntas y respuesta, sobre un texto o tema determinados, con el propósito de desarrollar a ultranza en nosotros, sus hijos, el pensamiento crítico y analítico que nos permitiera el abordaje y comprensión de la historia de la humanidad en todas sus modalidades, así como de las ciencias naturales, la geografía, la política, la cívica y las denominadas bellas artes, sin dejar nunca de lado – como ya se mencionó--, los códigos éticos, existenciales y morales indisolublemente unidos a dicho proceso cognitivo. Esta interacción nos sirvió, -- ¡cómo si no!--, para reconocernos a nosotros mismos en relación con los otros y nos permitió, además, fomentar el establecimiento de aquellos flujos que nos permitieran influir, producir sentido y provocar los cambios favorables de actitud tanto en los otros, como en nosotros mismos. Bajo estos nobles principios transcurrió nuestra niñez, nuestra adolescencia y los derroteros que seguimos, en nuestra vida adulta. Para finalizar, la familia Salas agradece la presencia de los familiares y amigos que hoy nos acompañan, no sin antes reconocerle al Señor la bendición otorgada a nuestra familia por darnos un padre como el que tuvimos. HASTA LUEGO, "VIEJO". CECILIA |
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Mi cicero sesame en tu perdida . ChispasT CECILIA CECILIA
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Mi cicero sesame en tu perdida . ChispasT
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A todo aquél que visita mi sitio le doy las gracias, pues aún sin conocernos, me honra con el privilegio de su lectura, de su atención y de su inapreciable tiempo. Los invito afectuosamente a que enriquezcan mis notas con sus comentarios y a que continúen visitando mi espacio, que es también el suyo, lugar en donde siempre serán bienvenidos. Saludos solidarios e istmeños de CECILIA CECILIA
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