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UNA LUZ DE ESPERANZA, AUTOR DESCONOCIDO. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS.  Es muy probable que muchos lectores de la presente Nota hayan leído el texto que reproduzco pero, no obstante, he considerado que un nuevo acercamiento al mismo nos puede confirmar que no todo está perdido, cuando la buena voluntad de los seres humanos se impone a la locura e irracionalidad, dolorosa experiencia que en el presente aún continúa asolando a poblaciones enteras en muchos puntos del planeta, en estos turbulentos tiempos que nos ha tocado vivir. FELIZ NAVIDAD a todos los seres humanos de buena voluntad que con su diario accionar constituyen una luz de esperanza, en el devenir de los tiempos. CECILIA   UNA LUZ DE ESPERANZA, AUTOR DESCONOCIDO. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS. En diciembre de 1914, durante la PRIMERA GUERRA MUNDIAL, se acercaba un durísimo DÍA DE NAVIDAD, y las tropas británicas y alemanas se enfrentaban a través de un angosto trecho de suelo europeo. Las condiciones imperantes en ambas trincheras eran espantosas, el tronar de los cañones incesante y el ruido ensordecedor. La oficialidad británica había tomado escasas previsiones para celebrar la NAVIDAD. Tenía órdenes de tratar esa jornada como cualquier otra y seguir luchando. Lo poco que pudo hacer la cansada tropa fue recoger restos de ramas secas, como patético recordatorio de las festividades que, con seguridad, se estarían celebrando en sus lejanos hogares. Los alemanes estaban mucho mejor organizados. Para elevar la moral de sus tropas, habían hecho enviar canastas con comida y árboles de Navidad a las líneas del frente, para estimular a sus soldados a luchar mejor. Pero esta bien planeada estrategia surtió, precisamente, el efecto contrario. En lugar de aumentar la agresiva lealtad de los soldados germanos, neutralizó por completo su hostilidad. La verdad es que el común de los soldados alemanes no odiaba a sus pares ingleses y viceversa, y si se exterminaban unos a los otros era exclusivamente por dar cumplimiento a las órdenes de los altos mandos militares de ambas facciones. El espectáculo del patético y triste remedo de los arbolitos ingleses afectó muy hondo a los alemanes. Las congeladas tropas británicas escondidas en sus trincheras sintieron alarma y desconcierto, al percibir un repentino y extraño silencio y, seguidamente, los acordes de un villancico. Al asomarse, pudieron comprobar, asombrados, que los soldados alemanes habían emergido de sus escondites y ocupaban, con actitud pasiva, la tierra de nadie. Con cierto temor los ingleses se les sumaron, dando lugar a una improvisada tregua. Los villancicos duraron toda la noche, los enemigos cantaron juntos y, a medida que pasaron las horas, tuvo lugar un extraordinario intercambio de regalos. Enemigos mortales se estrecharon las manos e, incluso, se abrazaron y les mostraron fotografías de sus respectivas familias, a sus contrincantes… durante un breve interludio, la idea de matar se borró de sus mentes. A la mañana siguiente, día de NAVIDAD, ocurrió un hecho aún más insólito. Poniéndose de acuerdo sobre un punto intermedio entre ambas posiciones, ingleses y alemanes protagonizaron lo que debe ser considerado como el más raro partido de fútbol, en la historia de ese deporte. CECILIA |
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