Reset Password
Reset Link Sent
| Blogs > POTYLDA > BIENVENIDOS, AMIGOS |
|
CUENTO DE NAVIDAD PARA INCRÉDULOS, AUTOR DESCONOCIDO. TEXTO SELECCIONADO POR CECILIA R SALAS.  La lectura de la impecable prosa del texto contenido en la presente Nota nos regala el ambiente mágico y luminoso de un diciembre en donde transitan recuerdos de vivencias desdibujadas en el tiempo, traídas vívidamente al presente de la mano de un hilo laboriosamente construido por la excelente y amorosa pluma de su desconocido autor. Créanme cuando les señalo que ésta se constituye en una lectura obligada, para todos aquellos que celebran la NATIVIDAD Y EL ADVENIMIENTO DE UN NUEVO AÑO, con TODO EL CORAZÓN. Aprovecho para desearles a todos y a sus seres queridos mucha salud, paz, amor, felicidad y prosperidad durante esta Navidad y el Nuevo Año próximo a dar inicio. CECILIA   CUENTO DE NAVIDAD PARA INCRÉDULOS, AUTOR DESCONOCIDO. TEXTO SELECCIONADO POR CECILIA R SALAS. Hay muchos años atrapados en esta celosía. Lleva por dentro los detalles, las horas, los instantes precisos de todas las historias de todos los abuelos de la ribera oriental. Hoy, como de costumbre, se abre al mundo y los abalorios de la abuela flotan inadvertidos por las callejas y las gárgolas de aquel santuario en ruinas. Vacilan mucho las manos y la boca pero siempre que se quiere, un grito interno abre la jaula y nos transforma en cuadros plásticos maquillados a la usanza de aquellas viejas consejas. Te anaranjeaba la tarde el borde interior de los pómulos y sobre tus dientes se dibujaban las imágenes marinas repletas de estelas y de serena entrega. Todos recordamos la más dulce triquiñuela de nuestras mocedades; cada merced lleva la suya atada a las lágrimas, en la noche de Año Nuevo. Cada tarantín de la calle retrotrae la mano tierna que roza a hurtadillas la piel de alguna muchacha, en medio de la multitud de nombres que dejan huella tras el pasar del tiempo. Yo siempre me ralentizaba cuando iba a tu encuentro; era el señor de los caramelos, y vos, montada en tu risa, me dabas el aviso matinal de las frutas del mercado. Aquí estás de nuevo --solía decirme-- eres diciembre. La página en blanco, un trago que fluye por ríos de gente, y secretos hermosos que se pasean por la plaza. ¡Que maravilla el rostro bañado de aceites delineados en la majestuosidad de una mueca pícara, por entre los miles de ojos que destejen al tiempo! Pintores que añaden sonidos, a estos cuadros vivos de Rafael, en la pulcritud de su atardecer entre nosotros. Las gaitas, sus voces mágicas… Renato fabricando con sus dedos todo el amor del poeta, para acariciar la ciudad. El chino Jung, quien nos regala el silencio, con la paz de su mirada. La tercera siesta, que es Bellorín en su asalto al salto, y los bardos que recorren los sueños guiados por Blas, quien dispara al cielo versos que regresan como cometas furtivos, sobre las paredes que se encienden tal y como cuando amanece en tus ojos. Cada vez que llegas, me retrata profundo el ojo del tigre, y tu beduina mirada como luna del desierto. Si vos ahora queréis comprender por qué los incrédulos abundan en diciembre, podrás darte perfecta cuenta de que todo se debe, precisamente, a que los mercaderes no saben hacer otra cosa que vender, para comprar tu alegría. Pero no creáis que en vano un pesebre es la luz del mundo; imagina por un momento que todo se hubiese desarrollado en un hotel cinco estrellas: ¿cómo le pediría al que sólo tiene esperanza, que creyera en los milagros, si la última estrella que tenía para vender te la habías guardado y, de tanto esperar por ti, se murió? Por eso, el angelito que me diste, todos los días me pregunta: ---¿A dónde se fue la dueña de mi imagen, si vos te quedaste solamente con la soledad de mi espacio...? A mí también me dolió, pero no te preocupes: diciembre me dijo que este año me exoneraba del llanto y, por lo tanto, me das un abrazo y te devuelvo para siempre la alegría, que solamente una vez soñamos. ¡FELIZ NAVIDAD! Saboreo aún tus fresas, y a estos incrédulos que nos miran. CECILIA |
|||
|
A todo aquél que visita mi sitio le doy las gracias, pues aún sin conocernos, me honra con el privilegio de su lectura, de su atención y de su inapreciable tiempo. Los invito afectuosamente a que enriquezcan mis notas con sus comentarios y a que continúen visitando mi espacio, que es también el suyo, lugar en donde siempre serán bienvenidos. Saludos solidarios e istmeños de CECILIA CECILIA
|
×
×