Close Please enter your Username and Password
Reset Password
If you've forgotten your password, you can enter your email address below. An email will then be sent with a link to set up a new password.
Cancel
Reset Link Sent
Password reset link sent to
Check your email and enter the confirmation code:
Don't see the email?
  • Resend Confirmation Link
  • Start Over
Close
If you have any questions, please contact Customer Service


POTYLDA 110F
2178 posts
6/13/2018 7:33 pm

Last Read:
6/30/2018 2:36 pm

TAMBIÉN LAS MUJERES SABÍAN PINTAR, POR ÁNGELES CASO, ESPAÑA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILI






TAMBIÉN LAS MUJERES SABÍAN PINTAR, POR ÁNGELES CASO, ESPAÑA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS

"El arte es ajeno al espíritu de las mujeres, pues esas cosas sólo pueden realizarse con mucho talento, cualidad casi siempre rara en ellas.” BOCCACCIO, SIGLO XIV.

Un amanecer de hace 25 000 años, en algún lugar cercano a lo que hoy llamamos el MAR CANTÁBRICO, un grupo de hombres —seguro que eran hombres— se abrió paso monte arriba, entre los acebos y los tojos, camino de una gruta en cuya oscuridad se adentraron valientemente, iluminándose con grasientas teas. Aquella mañana milagrosa, sobre las paredes de la caverna dejaron la representación pintada o grabada de los animales de su entorno: caballos, bisontes o ciervos, y una curiosa cantidad de siluetas de manos, que lograron hacer colocando sus palmas contra la piedra y esparciendo alrededor pigmento de ocre.

Sí, el ARTE PALEOLÍTICO lo hicieron los varones. Eso es lo que siempre imaginamos: eran ellos quienes se dedicaban a esa actividad religioso-artística. Hombres. Cazadores y brujos… y también pintores.

Pero, ¿por qué ellos? ¿Hay pruebas que demuestren esa autoría masculina? Existen pruebas, en efecto, pero no en ese sentido. Los expertos siempre pensaron que, dadas las diferencias de tamaño, buena parte de las manos plasmadas en las cavernas debían ser manos de mujer. Un programa informático diseñado por científicos del CENTRE NATIONAL DE LA RECHERCHE SCIENTIFIQUE -- el CSIC francés -- lo ha demostrado: algo más de la mitad de esas siluetas corresponden, por sus medidas y su morfología, a cuerpos femeninos. Las mujeres estuvieron allí, y podemos suponer que participaron, igualmente, en la representación de otras figuras.

Es decir, en el PALEOLÍTICO hubo mujeres artistas, que pintaron en las grutas, entremezcladas con los hombres. Si nunca nos las imaginamos en esa tarea es, sin duda, a causa de ese prejuicio tan asentado en nuestros cerebros, que nos lleva a creer que casi todas las cosas importantes de la humanidad -- salvo el parir --, las han hecho los hombres.

Acerquémonos por un instante al ámbito tenebroso de los MONASTERIOS MEDIEVALES, donde los monjes se dedicaron, durante siglos, a preservar la cultura y la tradición escrita, y a crear pacientemente las extraordinarias ilustraciones de los CÓDICES MINIADOS O ILUMINADOS. De nuevo los hombres. ¿Seguro...?

También, en este caso, los hechos demuestran algo diferente: para empezar, sabemos que, hasta el siglo XIII, los monasterios europeos eran dúplices, es decir, cobijaban -- aunque en edificios separados-- , a MONJES y MONJAS. Ambos sexos compartían el trabajo en los SCRIPTORIA, los talleres donde se copiaban e iluminaban los manuscritos.

Como la mayor parte de los mismos carecen de firma, es imposible su atribución. Pero algunos contienen sorpresas: por ejemplo, el CÓDICE DE LOS COMENTARIOS AL APOCALIPSIS DEL BEATO DE LIÉBANA, que se conserva en la CATEDRAL DE GERONA y que es una obra maestra del género.

El libro se terminó el 6 de julio de 975, en el SCRIPTORIUM DEL MONASTERIO DE SAN SALVADOR DE TÁBARA (ZAMORA), y está firmado por EMETERIO, MONJE Y SACERDOTE Y ENDE, PINTORA (PICTRIX) Y SIERVA DE DIOS. UN PRIMER NOMBRE DE MUJER, PARA LA HISTORIA DEL ARTE ESPAÑOL.

Qué misteriosa, ENDE. Rara, pero real. Su existencia brumosa no es, como podría parecer, una anomalía irrepetible. Por supuesto que la presencia femenina en el mundo de las artes europeas fue rara hasta finales del siglo XIX, igual que lo fue en cualquier otra actividad que supusiera beneficios cuantiosos y prestigio social.

Aunque apenas las conozcamos, hubo un notable puñado de mujeres, sin duda valientes, que a lo largo de los siglos pintaron o esculpieron. Mujeres que, casi siempre, habían aprendido el oficio de manos de sus propios padres, en el taller familiar.

Ellas compitieron codo a codo con los hombres, por lograr el apoyo de los grandes mecenas, los monarcas, la aristocracia y el alto clero. A veces, fueron vapuleadas y tratadas con desprecio. Algunas abandonaron, ante las presiones sociales. Otras, permanecieron ocultas tras la figura del padre o del marido. Pero también las hubo que defendieron con uñas y dientes su talento, y lograron imponerse como artistas de éxito, en un mercado en el que la lucha por hacerse con los encargos era feroz. Unas cuantas llegaron a ser reconocidas en toda EUROPA, vivieron viajando de un país a otro, siendo solicitadas de todas partes, construyéndose sólidas fortunas.

Ahí están, como pequeños rayos de luz lunar, en ese universo mayoritariamente masculino:

-- SOFONISBA ANGUISSOLA (1532-1625), que durante 13 años retrató a los miembros de la familia de FELIPE II de ESPAÑA.
-- LAVINIA FONTANA (1552-1614), quien pintó para el PAPA CLEMENTE VIII y llegó a cobrar por sus retratos lo mismo que el gran VAN DYCK.
-- ARTEMISIA GENTILESCHI (1593-1652), quien ganó tanto dinero con sus espléndidos cuadros, que pudo casar a sus hijas con nobles españoles, previo el pago de cuantiosas dotes.
-- JUDITH LEYSTER (1609-1660), quien alcanzó un gran éxito en HOLANDA.
-- LUISA ROLDÁN, LA ROLDANA (1652-1704), exquisita escultora de cámara --el máximo honor de la época -- de CARLOS II y de FELIPE V.
-- ROSALBA CARRIERA (1675-1757), favorita en muchos palacios e introductora de la TÉCNICA DEL PASTEL en la FRANCIA del rococó.
-- ANGELICA KAUFFMANN (1741-1807), que se enriqueció en INGLATERRA con sus obras neoclásicas.
-- ELISABETH VIGÉE-LEBRUN (1755-1842), retratista preferida de MARÍA ANTONIETA y codiciada por la nobleza de toda EUROPA.
-- CONSTANCE CHARPENTIER (1767-1849), premiada en varios de los famosos salones parisinos de su tiempo.
-- MARÍA ROSA BONHEUR (1822-1899), famosísima en medio mundo, gracias a sus PINTURAS DE ANIMALES.

Estos constituyen tan sólo algunos nombres del notable grupo de mujeres que precedieron a las impresionistas y post-impresionistas BERTHE MORISOT, MARY CASSAT, EVA GONZALÈS, CAMILLE CLAUDEL, LLUÏSA VIDAL o SUZANNE VALADON, y a las artistas de las PRIMERAS VANGUARDIAS.

Tan sólo entonces, a finales del SIGLO XIX, cuando la condición femenina comenzaba lentamente a cambiar, empezaron a aparecer en las escuelas de arte decenas de muchachas que aspiraban a convertirse en artistas, ya no como rarezas, sino como auténticas iguales y colegas de los hombres.

Todas esas mujeres fueron reales. Existieron. Pintaron o esculpieron. Y triunfaron. La gran pregunta es ¿por qué no aparecen en la mayor parte de los libros de HISTORIA DEL ARTE y por qué no vemos sus obras expuestas en los MUSEOS?

“El arte es ajeno al espíritu de las mujeres, pues esas cosas sólo pueden realizarse con mucho talento, cualidad casi siempre rara en ellas.”, escribió el célebre BOCCACCIO, en el siglo XIV. Un pensamiento que repitieron una y otra vez, a lo largo de los siglos, muchísimos hombres ingeniosos y un tanto misóginos y los que, mayoritariamente, han ejercido como HISTORIADORES, CRÍTICOS y CONSERVADORES del ARTE, hasta tiempos muy recientes.

Ellos, defensores conscientes o inconscientes del ANDROCENTRISMO EN LA CULTURA, han relegado al olvido a las escasas artistas históricas, omitiendo sus nombres en los estudios por ellos realizados, archivando sus cuadros y esculturas en los más recónditos depósitos o colgándolos y exponiéndolos en los rincones más oscuros de las salas. En ocasiones, esas obras también se han expuesto, achacándoles su autoría a grandes maestro varones, por supuesto. Sin ir más lejos, en los últimos años, en el MUSEO DEL PRADO han aparecido dos espléndidos retratos de SOFONISBA ANGUISSOLA y otro más que también se le atribuye, cuadros que siempre se habían considerado como obras de otros pintores.

Es cierto que ninguna de las artistas mencionadas llegó a ser considerada como un LEONARDO, VELÁZQUEZ o GOYA, pero quienes eso afirman suelen olvidar que su número fue mucho menor que el de los hombres, que su lucha fue mucho más intensa y que, probablemente, su autoestima fue infinitamente mucho más débil, constreñida por los dictámines profundamente machistas y excluyentes de las normas económicas, morales, religiosas, culturales y políticas prevalecientes en las épocas en las cuales les tocó vivir.

La mayoría de los artistas masculinos que aparecen en los MANUALES DE HISTORIA DEL ARTE y cuyas obras cuelgan o se exponen en los museos, no fueron ni considerados unos LEONARDO, VELÁZQUEZ, ni GOYA y, sin embargo, ahí están: visibles y recordados, aunque no fueran los mejores.

MIENTRAS, LAS OBRAS DE ELLAS DESCANSAN TODAVÍA, EN BUENA MEDIDA, EN EL LIMBO -- TAN FEMENINO --, DE LA INEXISTENCIA...

--------------

La autora -- ÁNGELES CASO -- es licenciada en Historia del Arte y escritora, autora del ensayo LAS OLVIDADAS. UNA HISTORIA DE MUJERES CREADORAS

[/font]









CECILIA


POTYLDA 110F
2043 posts
6/13/2018 7:39 pm



A todo aquél que visita mi sitio le doy las gracias, pues aún sin conocernos, me honra con el privilegio de su lectura, de su atención y de su inapreciable tiempo.

Los invito afectuosamente a que enriquezcan mis notas con sus comentarios y a que continúen visitando mi espacio, que es también el suyo, lugar en donde siempre serán bienvenidos.

Saludos solidarios e istmeños de

CECILIA




CECILIA