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POTYLDA 110F
2178 posts
9/2/2020 9:33 am

Last Read:
9/2/2020 10:33 am

SIN TÍTULO, POR ALICIA ÁLAMO BARTOLOMÉ, VENEZUELA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS.




ALICIA ÁLAMO BARTOLOMÉ es una anciana de 94 años, que vive en CARACAS, VENEZUELA.

Es la autora de este texto, en donde describe con brillante lucidez y mediante un español perfecto, cómo ha vivido la cuarentena en la capital venezolana.
Tan sólo nos resta añadir que deseamos que Nuestro Creador le continúe brindando salud y muchos años más de vida.

Les hago entrega, entonces, de su artículo.

CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️



"Soy una anciana caraqueña de 94 años y 5 meses, para ser exactos. Físicamente estoy hecha un asco, pero conservo vigencia intelectual, por el momento. Estoy en cuarentena desde antes de que la misma fuese decretada en mi país, en marzo pasado.

Llevo casi un año sin contar con un vehículo particular, pues el pobre no superó la última reparación.

VENEZUELA, gracias el socialismo del siglo XXI, - - - en el poder desde hace más de 20 años - - , carece no sólo de lo básico para la existencia de sus ciudadanos, sino de lo menos básico pero necesario, como resultan ser los repuestos para vehículos.

Tampoco es posible comprarlos, ya que los precios de los mismos resultan astronómicos. Es más, ni siquiera gasolina encuentras, en el país del petróleo, por Dios!

A pesar de este gris panorama, mi cuarentena transcurre plácida y felizmente, aunque de los 7 hermanos que éramos sólo sobrevive una hermana de 90 años que reside en los EEUU.

A pesar de ser soltera y sin hijos, no estoy sola, ya que cuento con queridos sobrinos que, aunque no viven conmigo, se encargan de mis asuntos.
También cuento con atención doméstica y, desde la terraza de mi casa, contemplo mañana y tarde, si el tiempo lo permite, el tótem de mi ciudad: la majestuosa y cambiante MONTAÑA DEL ÁVILA.

Así las cosas, mis días transcurren entre la oración y la contemplación de la Naturaleza y todas las maravillas que Dios nos regala con ella, además de la televisión y el trabajo de escribir en el ordenador.

Como ya lo señalé, continúo con mi mente lúcida, lo que me permite, afortunadamente, escribir digitalmente cinco artículos mensuales, para tres publicaciones.

En VENEZUELA no hay papel y ha desaparecido la prensa impresa que no era afecta al régimen.

En la actualidad y como consecuencia de la cuarentena, dos de mis actividades se encuentran suspendidas: mi cátedra semanal para adultos, "Momentos estelares del teatro universal", en la UNIVERSIDAD MONTEÁVILA, de la cual soy miembro fundadora, y un curso de divulgación cultural, del que soy coordinadora y anfitriona, que se realizaba en mi casa los días miércoles y en donde participaban profesores de distintas asignaturas.

Alguien me dijo en una ocasión que yo era feliz porque había ambicionado poco, y porque nunca le pedí a la Vida lo que no podía alcanzar. Tal vez esa persona tenga razón. Lo cierto es que Dios me ha dado mucho, no sé por qué, mientras que a otros no.

En todo caso, sí tengo algo que decirle a todo aquél que se sienta en soledad y lleve sobre su espalda el peso del encierro, la tristeza y el desaliento: si eres religioso, mira y escucha hacia adentro, pues en las profundidades de tu espíritu se encuentra Dios esperándote, y él habla en el silencio.

A los no creyentes también les digo: mira hacia afuera; alguna claraboya debe haber en tu prisión, a través de la cual puedas observar la luz del día y los colores cambiantes del cielo durante la aurora, el mediodía y el ocaso.
Quizá también puedas ver la rama de un árbol y, si es de noche, las estrellas y la luna.

Presta atención a los sonidos: a los ruidos de la ciudad, amainados o estridentes según la hora, y más perceptibles por la confinación de la cuarentena: el trinar de los pájaros y las voces de los niños.

Si no tienes cómo ver hacia fuera, cierra los ojos e imagina, deja volar tu fantasía y… ¡sueña!

Vive en oxímoron, según los decires de San Juan de la Cruz... la música callada, la soledad sonora...

No te dejes aherrojar por las circunstancias. Cuando aprendemos a vivir en contemplación de lo que nos rodea, no hay aburrimiento ni desesperación.
La Naturaleza y las obras del hombre nos abren un abanico imponderable de posibilidades, de caminos hacia la belleza, la armonía y la paz.

Lamentablemente, mis contemporáneos tienden a fastidiar a quienes se ocupan de ellos; a convertirse en cargas para las personas jóvenes que, por lazos familiares o de otra índole, sus cuidadores y responsables.

A ellos les digo: no les aumentes sus problemas con tus quejas, caprichos y manías; acuérdate que ellos también tienen su propia vida.
Si antes obedeciste a tus mayores, como mayor ahora te toca obedecer a los menores. Sométete. Evita molestar más - - por no molestar--, con una rotura de huesos, por no pedir, ni consentir ayuda.

Olvídate! Ya no puedes valerte por tí solo. Déjate de lloriqueos, que así tan sólo vas a espantar a quienes se te acerquen.

En esta hora de suspenso y parálisis mundial, cuando no sabemos si estamos a las puertas de un apocalipsis o de un renacimiento, mientras aparece en el particular cielo de nuestra existencia la hora de ese momento intenso y fugaz del crepúsculo, nos toca a los ancianos comunicarles serenidad a los otros.

Mientras la Vida se nos va, dejemos una impronta de sosiego y amor, como invaluable regalo para los demás.







CECILIA


POTYLDA 110F
2043 posts
9/2/2020 10:33 am

A todo aquél que visita mi sitio le doy las gracias, pues aún sin conocernos, me honra con el privilegio de su lectura, de su atención y de su inapreciable tiempo.

Los invito afectuosamente a que enriquezcan mis notas con sus comentarios y a que continúen visitando mi espacio, que es también el suyo, lugar en donde siempre serán bienvenidos.

Saludos solidarios e istmeños de

CECILIA




CECILIA