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POTYLDA 110F
2178 posts
12/10/2022 9:20 am

Last Read:
12/10/2022 9:24 am

DE LA DECENCIA, LA VERDAD Y SU OLVIDO, POR LEONARDO PADURA, CUBA .TEXTO SELECCIONADO POR CECILIA RA





CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️



DE LA DECENCIA, LA VERDAD Y SU OLVIDO, POR LEONARDO PADURA, CUBA .TEXTO SELECCIONADO POR CECILIA RAQUEL SALAS

En 2008, el semanario de PRAGARESPEKTEL reveló que en 1950, el escritor MILAN KUNDERA, cuando joven y por una cuestión sentimental, colaboró con la policía comunista de su país, delatando a un espía checo que terminó pasando 14 años en prisión.

El lamentable escándalo armado alrededor de la presunta denuncia ha sido examinado desde casi todos los ángulos posibles, pero poco se ha comentado sobre la CARGA ÉTICA que pudo haber existido por parte del famoso escritor, en el probable acto de dicha delación.

Al final, lo que todos parecen haber olvidado es ese detalle que, a mi juicio, resulta lo verdaderamente esencial: se ha juzgado un problema de ética o, más claramente, lo que mis padres, en los años 50, llamaban DECENCIA.

Incluso, yo diría que sólo en un segundo término se debería hablar de la VERDAD y, luego, de la responsabilidad hacia los actos de la vida, en las sacrosantas y siempre pesadas CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS.

Hace un par de años, cuando una acusación mucho más grave -- admitida, además, por su responsable --, explotó en torno a la figura del escritor alemán GÜNTER GRASS, curiosamente el efecto real y más duradero del escándalo fue que su recién editada biografía vendiera millones de ejemplares, como inmejorable complemento del morbo despertado.

Mientras tanto, ya a nadie parece preocuparle mucho que, por las causas que fuesen, en cierta ocasión el rebelde y casi rojo ERNEST HEMINGWAY haya colaborado con el FBI de su acérrimo enemigo EDGAR HOOVER, y que GEORGE ORWELL, según he leído, mantuviera contactos con la inteligencia británica, entre otros infinitos ejemplos de personajes de los más notables en el mundo de las artes y de las letras--la lista de personajillos sería interminable --, que, en alguna coyuntura de sus vidas, han colaborado con las FUERZAS OSCURAS.

En el caso de KUNDERA existen, sin duda, dos elementos que han estado actuando sobre la ira furibunda y maloliente que ciertos medios y personajes derramaron sobre una historia ocurrida o no hace sesenta años, siempre negada por su posible gestor: el hecho de que, durante años, dicho escritor ha demostrado su infinito desprecio hacia los medios de comunicación de nuestros días, sumiéndose en un silencio casi impenetrable, definitivamente salingeriano.

Por otro lado, está el elemento, no menos significativo, de que KUNDERA pudo haber cometido su pecado no en una charla con un agente secreto británico o norteamericano o, ni siquiera , que el mismo hubiese sido el de haber militado
en una organización tan lamentable como las SS hitlerianas, sino que diera el soplo en un recién estrenado país comunista, un modelo del siglo XX que patentizó STALIN, -- mucho más que LENIN o TROTSKi --, sistema político que el GRAN LÍDER adornó con la muerte de unos veinte millones de personas, y que, transcurridos los años, ha concluído con su enorme fracaso político y económico, llevando al mundo, más o menos, a donde se encuentra hoy en día: a la pérdida de las grandes utopías acerca de la igualdad, a la encrucijada económica y ecológica de su desaparición en manos de un capitalismo insatisfecho y, para colmo de males, la de un planeta dominado por unos medios de comunicación más adictos a la carnaza descompuesta, que a cualquier otro bocado.

Si a todo esto se suma el hecho de que muchos de sus compatriotas no le perdonan al escritor su exilio; el que tantísimos mediocres de dentro y de fuera no soporten su nada leve éxito literario y el que, en su momento, haya tenido el coraje de escribir lo que debía escribir, la receta del resentimiento y del odio ya cuenta con más condimentos de los que muchas veces se precisan, para llevar a cabo las crucifixiones.

Los grandes oportunistas de siempre --de eso sabemos mucho los cubanos --, ya sean de dentro o de fuera, sólo esperan cualquier atisbo de debilidad (real o, como en este caso, al parecer creada y, repito, negada por el acusado), para descargar las toneladas de odio cultivadas en la frustración, la envidia, la cobardía y la mediocridad, siempre al acecho.

¿Cuántos se han preguntado si KUNDERA ha ejercitado una ética, si ha sido un hombre decente, con respecto a sus propias ideas y actitudes?

Hace unos años el escritor cubano ELISEO ALBERTO DIEGO, residente en MÉXICO, publicó un libro titulado INFORME CONTRA MÍ MISMO, en donde contaba -- tal vez para que nadie fuese a sacárselo en cara, al cabo de un tiempo --, unas turbias circunstancias en las cuales las autoridades cubanas le pidieron que informara sobre su padre, el gran poeta de la lengua castellana ELISEO DIEGO.

ELISEO ALBERTO, -- LICHI, como le decimos todos en CUBA -- , se desgarró el corazón en ese libro y realizó un acto de suprema decencia, informando contra sí mismo, con un coraje que pocos suelen exhibir y, menos aún, los que van por ahí juzgando a los otros, escondiendo muchas veces sus envidias (muy justificadas), tras esos juicios teñidos de carácter político.

Es por eso que, en el caso KUNDERA, aunque es importante si denunció o no a un examigo convertido a la sazón en agente de un gobierno foráneo, resulta tan doloroso que los indecentes de medio mundo se hayan lanzado sobre él como --ya lo sé --, algunos se lanzarán sobre mí por pensar que, a pesar de los pesares y las posibles delaciones, KUNDERA sigue siendo, ante nada, un grandísimo escritor que, en su momento, nos develó tantas oscuridades humanas y sociales, en novelas como LA BROMA y LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER.

Este mundo en crisis -- y no sólo financiera --, reclama un poco más de decencia.

El pretender talar árboles venerables, por presuntos pecados que siempre lastran con la duda y dejan dolor, encierra más dosis de mezquindad que de verticalidad política, ante las dictaduras y las fuerzas oscuras.

Suficientes árboles podridos existen -- que sí merecen ser talados --, para ensañarse con los primeros.

La VERDAD reclama su espacio, más que los infundios de quienes, por cualquier vía (muchas veces espurias), aspiran al protagonismo.

Valdría la pena que muchos de los que hoy lanzan las primeras, segundas y terceras piedras, se ubicasen -- o incluso se recordasen a sí mismos --, en circunstancias incluso menos drásticas de las que pudo haber vivido el KUNDERA de los años checos de 1950, luego de aquellos terribles procesos de la PRAGA recién ganada para el comunismo soviético.

Seguramente, muchas, muchas veces, sus piedras se convertirían en boomerangs.

Lamentablemente, ese tipo de fiscales no suelen contener en su diccionario esa simple palabra que me atrevo a invocar, una y otra vez: DECENCIA. Y, a veces, no les preocupa esa otra, no menos importante y hoy bastante poco común y apreciada: VERDAD.








CECILIA


POTYLDA 110F
2043 posts
12/10/2022 9:24 am




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CECILIA