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POTYLDA 110F
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2/27/2023 9:47 am

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2/28/2023 10:47 am

TAN POCA HUELLA COMO SU PERRO, POR DAVID TOSCANA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS






CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️

Un atributo muy explorado por CHÉJOV en sus relatos y cuya terminología en ruso es casi intraducible, se refiere al PLOSHLOST, algo así como la BANALIDAD o la VULGARIDAD, que para el célebre cuentista resultaba ser un asesino del alma.

En su obra, CHEJOV muchas veces se ocupó de personajes que buscaban, en cambio, la BELLEZA, LA GENIALIDAD y EL SENTIDO DE LA VIDA.

El autor del presente artículo se pregunta si CHÉJOV quería hablar solo de su personaje, o si jugaba a vidente, con eso de la humanidad embotada, la mediocridad que pasa por genialidad y la muerte de la actual civilización.



TAN POCA HUELLA COMO SU PERRO, POR DAVID TOSCANA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS

CHÉJOV tiene un cuento titulado EL PROFESOR DE RUSO, en donde aparece un personaje llamado HIPOLIT HIPOLÍTICH, que solo sabe conversar acerca de lugares comunes.

Cuando alguien le saluda y comenta que el día es maravilloso, él responde:

“Sí, hace un tiempo estupendo. Estamos en mayo, y pronto llegará el verdadero verano. Y el verano no es lo mismo que el invierno. En invierno hay que encender las estufas, mientras que en verano hace calor, sin necesidad de encender nada. En verano abres la ventana por la noche y, aun así, hace calor, mientras que en invierno se ponen marcos dobles, y aun así hace frío”.

Es decir, como sucede con algunas madres, a las que se les pregunta qué edad tiene su hijo y responden: “Tiene cinco años, y va para seis.” O, cuando, cada vez que alguien se trepa a una escalera para cambiar el foco, quien le observa le indica: “No te vayas a caer”.

En el clímax de su sabiduría, HIPOLIT HIPOLÍTICH da la siguiente disertación, cuando le sugieren que se case:

“El matrimonio es un paso muy serio. Hay que tener en cuenta todos los aspectos, sopesar todas las consecuencias; no puede uno casarse así. La prudencia nunca está de más, especialmente en el caso del matrimonio, cuando el hombre deja de ser soltero e inicia una nueva vida”.

También se considera un iluminado cuando dice:

“El hombre no puede vivir sin comida”, o al señalarle a un recién casado que: “Hasta el día de hoy ha sido usted soltero y ha vivido solo; ahora está usted casado y debe vivir en pareja”.

Cuando está al borde de la muerte, ni sus delirios lo sacan del lugar común:

“El Volga desemboca en el mar Caspio… Los caballos comen avena y heno”.

A BORIS PILNIAK le gustó una de estas frases para títular una de sus novelas. En 1930, publicó la novela EL VOLGA DESEMBOCA EN EL MAR CASPIO. En 1938, STALIN lo mandó fusilar.

Quizá HIPOLIT HIPOLÍTICH se parezca mucho a los conversadores comunes y corrientes. “A mí me gusta la carne término medio”, sentencian algunos, como si hubiesen alcanzado la cúspide del conócete a ti mismo.

El otro protagonista de EL PROFESOR DE RUSO llega al pueblo, para hacerse de un futuro. Pronto se da cuenta de que no solo HIPOLIT HIPOLÍTICH está construido de lugares comunes; también lo están su propia vida, su matrimonio y su rutina, por lo que exclama:

“No hay nada más terrible, ofensivo y mortificante que la trivialidad. ¡Tengo que escapar a alguna parte, tengo que escapar hoy mismo o me volveré loco!”.

TRIVIALIDAD también se traduce como VULGARIDAD. En ruso es ПОШЛОСТЬ o POSHLOST, otra de esas palabras intraducibles. Si se desea entenderla mejor, habría que leer ALMAS MUERTAS, de GOGOL, y analizar muy bien a CHÍCHIKOV, uno de sus personajes.

La guerra contra la banalidad es complicada: una lucha de uno contra muchos y, por lo general, donde vencen los muchos.

También es cierto que la banalidad, la vulgaridad y la trivialidad exigen una buena dosis de talento y no solo de esfuerzo, para huir de ellas.

¿De qué sirve el esmero de un guitarrista con dedos torpes? ¿En dónde paran las emociones de un poeta, si no existe el duende?

¿Adónde vuela el espíritu de un coleccionista que adquiere mazacotes, con los que hace negocio su galerista? ¿Qué hay de esos supuestos artistas, que crean los mazacotes y esperan que un retórico adorne sus obras con frases banalmente existenciales?

En otro cuento, CHÉJOV hace que un personaje COMPARE EL TALENTO CON LA CONVICCIÓN, así:
“El talento es un elemento de fuerza, un vendaval capaz de triturar hasta las piedras; no admite comparación con una tontería como es la convicción”. ¡Y cuán peligrosa es la convicción sin talento!

Así, en el cuento EL TALENTO, CHÉJOV nos muestra a tres jóvenes entusiastas, convencidos de que serán artistas, y remata con estas lapidarias palabras, que sirven de alarma para todo aquel que se inscriba en un Taller Literario:

“Los tres amigos, como lobos enjaulados, recorren a grandes pasos la habitación. Hablan sin parar, con sinceridad y animación. Los tres están excitados e inspirados. Escuchándoles, se sentiría uno inclinado a creer que tienen entre las manos el porvenir, la celebridad y el dinero.
A ninguno de ellos se le ocurre pensar que el tiempo pasa, que la vida se acorta cada día y se acerca a su final, que ya han comido mucho pan ajeno, y su obra todavía es nula.
Los tres víctimas de la implacable ley por la que, entre centenares de principiantes que ofrecen esperanzas, solo dos o tres alcanzarán la suerte, mientras los restantes quedarán fuera de sorteo, pereciendo después de haber servido únicamente como carne de cañón”.

Es algo parecido a lo que le ocurre al protagonista del cuento “BIENVENIDO, BOB”, de ONETTI, quien vive engreído y lleno de osados planes durante su juventud, pero que se vuelve un náufrago de la existencia, para cuando alcanza los treinta años. Entonces, hay que buscarle excusas a la insignificancia, porque no hay escapatoria…

Los enemigos del talento se encuentran, a veces, en la propia familia. Así lo presenta CHÉJOV en EL MONJE NEGRO. En dicho cuento, un hombre tiene arranques creativos acompañados de inofensivas alucinaciones, en las que dialoga con un monje.

La familia, más preocupada por eliminar las alucinaciones que de fomentar su talento, le aplica un tratamiento médico, y al hombre se le marchita la genialidad.

Ya arruinado, el protagonista grita con rabia:
“¡Por suerte para BUDA, MAHOMA o SHAKESPEARE, no tuvieron familiares bondadosos y médicos que les curaran de su éxtasis e inspiración!
Si MAHOMA hubiese tomado bromuro de potasio para curar sus nervios, hubiera trabajado sólo dos horas al día y hubiera bebido leche, ese notable hombre habría dejado tan poca huella como su perro. Los doctores y los familiares bondadosos terminarán por conseguir que la humanidad se embote, la mediocridad pase por genialidad y la civilización perezca”.

Habría que preguntarse si CHÉJOV quería hablar tan solo de su personaje, o si jugaba al vidente, con aquello de la humanidad embotada, la mediocridad que pasa por genialidad y la muerte de la civilización.

Cuando CHÉJOV sintió la cercanía de su muerte, se dirigió a ALEMANIA, en busca de un balneario y de médicos que le prolongaran la vida. Pero, antes de que muriese su cuerpo, le mataron el alma.

“No puedo acostumbrarme a esta tranquilidad alemana. En ningún sitio hay una gota de talento, por ningún lado se ve una gota de buen gusto. No hay una sola alemana que vista bien; me desconsuela su falta de gusto.”, escribió.

Su muerte fue vulgar, la de un tuberculoso. Ochenta y tres años después, RAYMOND CARVER la convirtió en belleza.








CECILIA


POTYLDA 110F
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2/28/2023 10:45 am




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Aprovecho la oportunidad para
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Saludos solidarios e istmeños de

CECILIA







CECILIA