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VERNON LEE COMO PROTOPROUST, POR BÁRBARA MINGO COSTALES. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R  “En LA PSICOLOGÍA DE UNA ESCRITORA DE ARTE, su autora se propone investigar el modo como nos afecta la contemplación de las obras de arte, teniendo en cuenta que la visita a museos y salas de exposición en días diferentes puede despertar también emociones diferentes”. BÁRBARA MINGO COSTALES CECILIA✍️ ✍️ ✍️ ✍️ ✍️  VERNON LEE COMO PROTOPROUST, POR BÁRBARA MINGO COSTALES. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS SEGUNDA Y ÚLTIMA ENTREGA Lo especial de VERNON LEE, en cuanto a su acercamiento a dicho tema es que logra manejar y combinar el registro científico con el subjetivo, con lo personal y lo literario, dimensiones que construyen una pieza que podemos sacar de nuestro mundo, sin desplome o menoscabo del mismo. De esta manera, lo que leemos se parece más al generoso ordenamiento de los aparentemente difusos pensamientos que nos acompañan durante nuestros paseos, que a un enjundioso manual teórico. A pesar de su enorme erudición, VERNON LEE no se base en ella para comenzar sus pesquisas, sino más bien en las conmociones internas que nos afectan a todos, aunque seamos analfabetos. Aislada la sensación, VERNON recurre a su cultura, para facilitar la transmisión del conocimiento a los demás, sin multiplicar la cantidad de elementos teóricos involucrados en el proceso. Y ya nos lo advierte desde el principio: “Cuando me propuse la labor de investigar lo que llamaremos mi registro estético, lo hice principalmente con el objetivo de analizar mejor a los demás o, incluso, servirles de referencia”. Es éste un planteamiento admirable, pues nos demuestra su disposición científica, su generosidad, y una graciosa chulería. Es sorprendente la modernidad del texto, no sólo en lo que atañe a su estilo, sino en lo que concierne a sus hallazgos acerca de que existen relaciones entre lo observado y quien observa, antes de que lo hiciera HEISENBERG, y a miles de kilómetros del VEDANTA. Quizá lo notable no sea contar con la intuición que, a priori, está a disposición de cualquier ser humano, sino en poseer el valor y el entusiasmo de seguir la pista que señala la propia curiosidad. Durante la lectura del libro, a menudo se piensa en PROUST, quien publicó EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO en 1913. La analogía surge al constatar cómo VERNON LEE sigue la premisa de reconocer la conmoción, asociarla a un momento de exposición a una obra determinada −en este caso−, y luego aplicarse a desentrañar su sentido, sin soltar la presa. VERNON LEE investiga los fenómenos universales y atemporales, sobre cuya pista le han puesto sus experiencias. Al leerla, sentimos que su genio se hace presente, y nos parece que nos mira sorprendida de que no hayamos reparado en lo mismo que ella, ya que está a la vista de todos. A VERNON LEE se la puede convocar mediante la lectura de este apasionante y corto librito. FIN. CECILIA |
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Muchas gracias a todos los lectores que visitan mi Blog, honrándome con el privilegio de su atención e inapreciable tiempo. Aprovecho la oportunidad para desearles a todos que logren ser felices siempre, sea cual sea la realidad que les toque vivir, invitándoles, como siempre, a que continúen visitando mi espacio, que es también el suyo, lugar en donde siempre serán cordial y afectuosamente bienvenidos. Saludos solidarios e istmeños de CECILIA  CECILIA
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