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POTYLDA 110F
2178 posts
6/13/2023 1:14 pm

Last Read:
6/13/2023 1:16 pm

ALGUNAS COSAS QUE LEO AL LEER, POR DAVID TOSCANA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS





Damas que se desmayan, corazones que dan vuelcos, e incrédulos que se pellizcan, para saber si están soñando, lugares comunes en la ficción.

La LITERATURA, como la MODA, es el espejo en donde se reflejan los gustos y costumbres imperantes y cambiantes de toda sociedad, a través de las diversas épocas.

CECILIA ✍️ ✍️ ✍️ ✍️ ✍️



ALGUNAS COSAS QUE LEO AL LEER, POR DAVID TOSCANA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS

Que yo sepa, nadie se pellizca para saber si está despierto o soñando. Sin embargo, es un lugar común en la ficción.

Como quiera, me sorprende la cantidad de veces que aparece tal frase, al teclearla en GOOGLE BOOKS.

En su mayoría, se trata de NOVELAS ROSAS con proclividad al bestsellerismo, para lectores tan lelos que, incluso, hay que explicarles cómo un pellizco genera el resultado deseado:

“Se llevó una mano a la cara y se pellizcó para comprobar, gracias al dolor, que no era un mal sueño, aunque lo habría preferido”. (¿Habría o hubiera?).

O esta otra frase pueril:

“¿Estaré soñando?, pensó; se pellizcó para comprobarlo pero, efectivamente, estaba despierto, pues le dolió”.

Y, para quien guste de emociones cursis :

“Se suele decir pellízcame, para asegurarme de que no estoy soñando –le explicó Micah –. Y yo he pensado que preferirías que te diese un beso. Tracy apretó los labios y lo saboreó. El pulso se le aceleró”.

Tal vez esto da pie a una argumentación que siempre me ha causado aburrimiento: aquélla con la que me quieren convencer de que nunca sabemos si estamos soñando o despiertos, pues si confundimos los sueños con la realidad, ¿por qué no habríamos de confundir la realidad con un sueño?

Yo no muerdo el anzuelo. Los sueños, sueños ; y siempre he tenido la certeza de estar despierto, cuando estoy despierto.

Algunos me plantean razonamientos cartesianos, para demostrar cuán equivocado estoy, pero ya se sabe que la razón nos hace llegar a conclusiones absurdas.

¿No usó PLATÓN la razón, para demostrar la existencia e inmortalidad del alma?

En las caricaturas, cuando un personaje no está seguro de lo que ve, se talla los ojos con los puños cerrados, de una manera que nadie utiliza.

Esto también ha aterrizado en la literatura. Se emplea tal acto en muchas ocasiones, como cuando se escribe: “se talló los ojos con el dorso de la mano”, o “se restregó los ojos con el puño”, así como otras variantes sobre este mismo asunto, sin que yo haya visto nunca a nadie hacerlo así.

A veces, una nube de polvo nos obliga a cerrar los párpados y quizá usamos las yemas de los dedos para desempolvarlos, pero esto se hace de forma muy delicada, pero no tallando o restregando, lo que, según el diccionario, es “frotar mucho y con ahínco algo con otra cosa”.

Pensaba en todo esto, porque me puse a releer a un autor que mucho me gusta: HERMANN UNGAR, y noté que en su novela LOS MUTILADOS hay dos escenas en donde sus personajes dejan caer algo al suelo, al recibir una sorpresa desagradable

Esto frecuentemente lo observamos en la ficción, pero no en la realidad: la copa o la taza se caen de las manos, y hay que indicar que se hizo añicos, mil pedazos; se cae la charola o la bandeja repleta de viandas, también.

Ello suele ocurrirle sobre todo a las mujeres, no sé por qué.

Me da pena que mi amado DOSTOYEVSKI se haya sumado a tal moda en HUMILLADOS y OFENDIDOS, cuando afirma:

“Ella dio un respingo, me miró, dejó caer la taza de la mano y aquélla dio contra el suelo y se rompió”. Por supuesto, las cosas caen al suelo “con estrépito”.

Tristemente, en esa misma novela, el protagonista dice:

“Pero yo no puedo, no puedo estar separado de ti, NATASCHA, ni un día. Yo sin ti me muero. No sabes cuánto te quiero ahora”. frases buenas para el oído de la amada, pero no para los ojos del lector.

Tampoco estoy seguro de que las mujeres se desmayen, cuando se enteran de una mala noticia. Lo que sí sé, es que la ficción está llena de desmayos femeninos. Para muestra, varios botones:

“CORNELIA se desmayó al conocer tal noticia”, escribe LAMARTINE.

Con su experiencia como médico, CHÉJOV no desvanece a uno de sus personajes, en un cuento:

“Al enterarse de lo sucedido, la señora se llevó las manos a la cabeza y pidió un pomo de sales, pero no se desmayó”.

Prefiero que, a la antigua, las tremendas perturbaciones que sufren los personajes les provoquen un desmayo pues, de un tiempo a la fecha, estos suelen vomitarse por eso mismo.

Nunca encuentro el beneficio que conlleva el uso de fórmulas harto conocidas como: “sintió que el mundo le daba vueltas”, o “el mundo se le vino encima”, o “el corazón le dio un vuelco”, o “sintió que el alma se le escapaba”.

Sé lo que pretenden significar, pero tienen poco sentido. Actualmente, se considera novedoso y jovial escribir: “su corazón se saltó un latido”, para indicar algún exaltado estado de ánimo.

Me parece que un cardiólogo le hallaría muy poco sentido a esta cursilería:

“Cuando le propusieron matrimonio, su corazón se saltó un latido.”

Dado que la mayoría de los escritores no han recibido un tiro, a veces me cuesta aceptar lo que narran:

“Sintió el balazo en la pierna, pero eligió no prestarle atención”, o “No sintió la bala que atravesó una de sus piernas, rompiendo su arteria femoral”, o “Aunque la bala le dio en el pecho, siguió corriendo con el machete en alto”, o “Meneé la cabeza mientras esquivaba una bala”, o “Vi venir la bala hacia mi pecho”.

Quienes nunca hacen ejercicio, suelen escribir frases dignas de un ABEBE BIKILA: “Corrí durante horas, a toda velocidad”.

Algo similar hizo el Nobel JOSÉ ECHEGARAY, quien no tenía aspecto de fondista: “Corrí hacia la cerca, la subí como pude, salí al otro lado, dime a correr, corrí toda la noche”.

No olvidemos a los colegas que narran en primera persona. Llega la escena erótica e, incapaces de desdoblar al personaje de la inmodestia de su autor, escriben:

“Tuve una erección” y la adjetivan como descomunal, monstruosa, instantánea, inmediata, feroz, grandísima, muy fuerte, como un toro, tremenda, tan contundente, que duró un año.

Quizá por eso suelo narrar en tercera persona…










CECILIA


POTYLDA 110F
2043 posts
6/13/2023 1:16 pm




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CECILIA