Blog : Como degustarte en un café

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2/26/2012 11:35 am

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Como degustarte en un café

Como degustarte en un café

Mi primer punto es decidir a dónde... mmm... Al Starbucks de Gran Sur; donde mi imaginación galopante alcanza mi realidad... mmm ¡no!... ya que necesito, me urge... el efecto contrario; que mi realidad se evada de mi imaginación galopante... ¡tentador!... pero no es el caso, cero distracciones por ello acudí a aquel café en Taxqueña y la calle de Cerro de la Estrella escenario donde una de mis musas me llevo y mis musas me alcanzan y acuden en tropel; inolvidable escenografía de aquellas fotos, convertidas en movie y colgada en youtube; al calor y sabor de ese café de ámbar fragancia, sugestivo, procaz y sin faltarle el sello de corazón...
Subí al primer nivel, por la hora y día aun desierto me senté apaciblemente en una silla tratando de sentir calma y bienestar ¿Para qué?... Para que el aroma de la ausencia no se extravíe en el laberinto de mis recuerdos lejanos desencadenados por todos los sabores y aromas de la excitación de tu cuerpo y del café. Pedí a la mesera -de cara bonita y buen cuerpo, y que cuando la llamo Teté sonríe radiante- Un café Sandra y le explico ante su asombro, con un guiño le digo que aunque suena extravagante es sencilla su preparación: Una taza de café muy cargado, crema de cacao, 2/4 de Drambuie, 1/4 de crema de leche montada y espolvoreado con canela, ¡ha! Servido en copa larga.
Y mientras espero, saqué esas impresiones de los tan polémicos correos; escribí unas cuartillas en la notebook retocando y puliendo varios escritos. Cuando Teté trajo el café di las gracias con mi sonrisa de archivo; que simula saber que está pensando exactamente; dejé la carta y notebook a un lado y acto seguido, saturé todos y cada uno de mis sentidos...

Abrir los ojos al café observarlo con atención, deslicé los dedos alrededor de la copa, respiré con fruición el aroma del divino líquido, escuche atentamente el leve siseo del Drambuie, procurando no atragantarme con el recuerdo del mismo olor que la piel de una mujer, de esa mujer, francamente me refiero a ti; mi primer amor, mi amor infantil...

Bebí entonces cada sorbo con los ojos cerrados y sin gesticular ante la borrasca de sensaciones y los dientes empiecen a perder su temple. Bebí inmediatamente aspirando con fruición en el proceso tanteando embriagar a la muerte, besando el borde de la copa; abofeteando la soledad con sorbos llenos de turbación. Y cuando se llegué al último sorbo lentamente te sentí con... el arrebatado acre del fuego vehemente... con la ilusión de que en esa bebida fuerte sea la bebida llamada Amor, misma que nos crea una adicción delirante... ¡Oh Dios! Sin medir mis impulsos estrellé súbitamente la copa contra el piso y con uno de los trozos me abrí las venas teniendo cuidado de no manchar la ropa y llore dulcemente con el rostro entre las manos procurando que la sangre se mezcle con el llanto pues sólo el llanto con sangre cura la ausencia, tú ausencia y sólo la muerte cura la lenta muerte de la espera...

¡Vaya! Nuevamente mi imaginación galopante se hace presente; pero ahora no en un sentido sensual o erótico. Solo me resta terminar la receta...

Síganse estos pasos sólo en caso de ausencia infinita y sólo si se sabe que ella no vendrá más nunca, nunca más ¡Pero!... infalible, infaltable y famoso “pero”... si está a un lado al mujeres que es el objeto de tu amor y deseo; es posible que no se necesite todo este ritual y solamente se requiera del café tipo cappuccino adornado con corazones, para lograr que el afrodisíaco aroma te acerque a su cuerpo, y los labios ávidos del beso se unan en una realidad impetuosa que logre rebasar a esa imaginación galopante

Besos... de agua como quimeras

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