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Le Petit Zappeur

El tiempo es demasiado lento para los que esperan, demasiado rpido para los que temen, demasiado largo para los que lamentan, demasiado corto para los que celebran. Pero para los que aman, el tiempo es la eternidad (Henry Van Dyke).

UN MINUTO PARA SI MISMO
Posted:Oct 6, 2007 5:30 pm
Last Updated:Oct 10, 2007 4:19 am
6496 Views
Del libro Mi minuto esencial de Spencer Johnson,extracto.

La sonrisa del Tío le acogió al entrar. Tan pronto como se sintió a sus anchas, preguntó:
_ ¿Eres feliz Tío?
Este respondió:
_Muy feliz. Pero debo admitir que sólo desde hace algunos años. Recuerdo que antes había llegado a sentirme muy desequilibrado.
_Si no es algo demasiado personal, Tío, me gustaría preguntarte cómo llegaste a ser feliz.
_Es fácil –replicó el Tío-. En realidad, cuando las cosas se complican y me siento confuso –agregó-, me las arreglo recordando lo siguiente: Si es complicado, seguramente forma parte del problema. Si es sencillo, podría ser una solución.
“La mayor parte de mis problemas me parecían complicados entonces –siguió confesando el Tío-. Pero las soluciones una vez encontradas, resultaban bastante sencillas. En realidad, a veces me avergüenza un poco descubrir lo fácil que era la solución práctica, cuando al fin doy con ella.
“La pura verdad es que soy más feliz desde que empecé a hacer caso de mí mismo al mismo tiempo que de los demás –concluyó el Tío.
Aquello no se lo había esperado el hombre, por lo que preguntó:
_ ¿Qué te hace más feliz, hacer caso de ti mismo o de los demás?
_Lo uno va con lo otro, y en realidad no es posible la separación –replicó el mayor de los dos hombres.
“La mayor felicidad la consigo cuando consigo equilibrar dos verdades importantes –continuó el Tío-. Unas veces conviene mirar primero por los demás, y otras veces es referible cuidar primero de mí mismo.
“Lo bueno del asunto es que la manera de cuidar de mí mismo suele servir también para otros.
“Y hacer caso de los demás es una manera de hacerme caso a mí mismo. Eso hace que me sienta equilibrado y lleno de paz.
“Antes mi vida no funcionaba porque me empeñaba demasiado en complacer a los demás y me olvidaba de complacerme a mí mismo. Ahora concedo igual tiempo a ambos aspectos.
Tras una pausa, el tío continuó:
_Lo curioso es que, desde que empecé a hacerme caso a mí mismo, la gente me dice que se siente más a gusto conmigo, y con ellos mismos.
El hombre escéptico replicó:
_Me parece demasiado sencillo, y demasiado bueno para ser cierto. Es posible que yo todavía esté absorto en mis propios problemas, pero me parece que mi vida es bastante más complicada que eso.
El Tío contestó:
_No te censuro por ponerlo en duda. Pero la realidad es que el secreto es tan sencillo, tan práctico y tan poderoso, que cuando lo haces ¡todo el mundo sale ganando!
Y para que no cupiese ninguna duda, el hombre de más edad escribió tranquilamente algo en un papel, que luego tendió a su sobrino. Era lo siguiente:

Antes de poder atender a algo o a alguien, debo aprender a atenderme a mí mismo.

El Tío dijo:
_Mi “yo” es el que yo soy. Tu “yo” –agregó con un además ambiguo- es el que eres tú. Nuestras personalidades tan diferentes como nuestras huellas digitales. Cada uno es único y especial, lo mismo que cualquier otro ser humano en el mundo. Ese es el “yo” al que debemos atender.
_¿Por qué es eso tan importante? –preguntó el sobrino.
_Porque, cuando tenemos buen cuidado de nuestro “yo” de nuestra personalidad, nos sentimos más saludables y felices. Sólo entonces podemos atender a otras personas.
“Hace algunos años –continuó el tío- empecé a ver más clara la cuestión de la felicidad, fijándome en su contrario. ¿Qué les pasa a las personas tan infelices, tan desgraciadas, que sufren una fuerte depresión?
_No hacen caso de nadie…, ni de sí mismas, ni de las demás, ni de nada de cuanto les rodea –respondió el hombre.
_Justamente, eso es lo que les pasa –asintió el tío-. No hacen caso de nada. ¿Y qué les ocurre a las personas que están al lado de alguien que no hace caso de nada?
El hombre sonrió y contestó:
_Es deprimente.
Y el tío le hizo observar:
_Por tanto, las personas que cuidan mal de sí mismas también perniciosas para los demás. Si cuidaran mejor de sí mismas, ¿no sería esto una ventaja para los demás?
Mientras su interlocutor meditaba la respuesta, el tío prosiguió:
_¿Cuál es el primer síntoma de recuperación en un paciente deprimido?
_Que empieza a cuidar de sí mismo. Recobra la costumbre de peinarse el cabello, por ejemplo.
El tío asintió:
_En efecto. Las personas sanas cuidan de sí mismas; las enfermas, no.
Luego preguntó:
_¿Qué dirías que hice entonces?
Y contestó él mismo a su propia pregunta:
_Empecé a considerarme un cuidador. Tú también puedes hacerlo, si quieres.
“Imaginemos, si te parece –continuó el tío-, que eres el honrado cuidador de un bello jardín en una magnífica finca. Gente de todo el mundo viene a ver tu jardín, y admiran tu trabajo, y también a ti.
“Considera, mentalmente, las hermosuras de tu labor. Respira las fragancias.
El tío hizo una pausa para propiciar que su interlocutor imaginara la escena.
_¿Qué tal resulta eso de ser un cuidador de esa especie?
El hombre asintió:
_Magnífico. Me siento magnífico.
El tío continuó:
_Para experimentar el equilibrio, me bastaba contemplar las tres zonas principales de mi jardín: “yo”, “tú” y “nosotros”.
El sobrino preguntó:
_¿Quieres decir que te ves cuidando de mí mismo, cuidando de ti y cuidando de nosotros, verdad?
_Sí. Con el “yo” me refiero a mí mismo –corroboró el tío-. El “tú” es el “yo” que hay dentro de ti, y que tiene mis mismas necesidades fundamentales. De manera que cuando pienso en “ti” puedo comprender las necesidades de tu “yo”.
Poniendo la mano sobre una esfera terrestre que tenía en un rincón de su despacho, el tío concluyó:
_Y el “nosotros” es la relación que existe entre tú y yo…y ese “tú” puede ser un miembro de mi familia, un socio, o un desconocido de otro continente…
La persona del tío aparecía rodeada de un halo de paz y de gran fuerza.
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Cenicienta. Versos Perversos
Posted:Sep 29, 2007 2:49 pm
Last Updated:Mar 24, 2017 7:37 am
8193 Views
"¡Si ya nos la sabemos de memoria!",
diréis. Y, sin embargo, de esta historia
tenéis una versión falsificada,
rosada, tonta, cursi, azucarada,
que alguien con la mollera un poco rancia
consideró mejor para la infancia...

El lío se organiza en el momento
en que las Hermanastras de este cuento
se marchan a Palacio y la pequeña
se queda en la bodega a partir leña.
Allí, entre los ratones llora y grita,
golpea la pared, se desgañita:
"¡Quiero salir de aquí! ¡Malditas brujas!
¡¡Os arrancaré el moño por granujas!!".
Y así hasta que por fin asoma el Hada
por el encierro en el que está su ahijada.
"¿Qué puedo hacer por ti, Ceny querida?
¿Por qué gritas así? ¿Tan mala vida
te dan esas lechuzas?". "¡Frita estoy
porque ellas van al baile y yo no voy!".
La chica patalea furibunda:
"¡Pues yo también iré a esa fiesta inmunda!
¡Quiero un traje de noche, un paje, un coche,
zapatos de charol, sortija, broche,
pendientes de coral, pantys de seda
y aromas de París para que pueda
enamorar al Príncipe en seguida
con mi belleza fina y distinguida!".
Y dicho y hecho, al punto Cenicienta,
en menos tiempo del que aquí se cuenta,
se personó en Palacio, en plena disco,
dejando a sus rivales hechas cisco.

Con Ceny bailó el Príncipe rocks miles
tomándola en sus brazos varoniles
y ella se le abrazó con tal vigor
que allí perdió su Alteza su valor,
y mientras la miró no fue posible
que le dijera cosa inteligible.
Al dar las doce Ceny pensó: "Nena,
como no corras la hemos hecho buena",
y el Príncipe gritó: "¡No me abandones!",
mientras se le agarraba a los riñones,
y ella tirando y él hecho un pelmazo
hasta que el traje se hizo mil pedazos.
La pobre se escapó medio en camisa,
pero perdió un zapato con la prisa.
el Príncipe, embobado, lo tomó
y ante la Corte entera declaró:
"¡La dueña del pie que entre en el zapato
será mi dulce esposa, o yo me mato!".
Después, como era un poco despistado,
dejó en una bandeja el chanclo amado.
Una Hermanastra dijo: "¡Ésta es la mía!",
y, en vista de que nadie la veía,
pescó el zapato, lo tiró al retrete
y lo escamoteó en un periquete.
En su lugar, disimuladamente,
dejó su zapatilla maloliente.

En cuanto salió el Sol, salió su Alteza
por la ciudad con toda ligereza
en busca de la dueña de la prenda.
De casa en casa fue, de tienda en tienda,
e hicieron cola muchas damiselas
sin resultado. Aquella vil chinela,
incómoda, pestífera y chotuna,
no le sentaba bien a dama alguna.
Así hasta que fue el turno de la casa
de Cenicienta... "¡Pasa, Alteza, pasa!",
dijeron las perversas Hermanastras
y, tras guiñar un ojo a la Madrastra,
se puso la de más cara de cerdo
su propia zapatilla en el pie izquierdo.
El Príncipe dio un grito, horrorizado,
pero ella gritó más: "¡Ha entrado! ¡Ha entrado!
¡Seré tu dulce esposa!". "¡Un cuerno frito!".
"¡Has dado tu palabra. Principito,
precioso mío!". "¿Sí? -rugió su Alteza.
--¡Ordeno que le corten la cabeza!".
Se la cortaron de un único tajo
y el Príncipe se dijo: "Buen trabajo.
Así no está tan fea". De inmediato
gritó la otra Hermanastra: "¡Mi zapato!
¡Dejad que me lo pruebe!". "¡Prueba esto!",
bramó su Alteza Real con muy mal gesto
y, echando mano de su real espada,
la descocó de una estocada;
cayó la cabezota en la moqueta,
dio un par de botes y se quedó
quieta...

En la cocina Cenicienta estaba
quitándoles las vainas a unas habas
cuando escuchó los botes, -pam, pam, pam-
del coco de su hermana en el zaguán,
así que se asomó desde la puerta
y preguntó: "¿Tan pronto y ya despierta?".
El Príncipe dio un salto: "¡Otro melón!",
y a Ceny le dio un vuelco el corazón.
"¡Caray! -pensó-. ¡Qué bárbara es su alteza!
con ese yo me juego la cabeza...
¡Pero si está completamente loco!".
Y cuando gritó el Príncipe: "¡Ese coco!
¡Cortádselo ahora mismo!", en la cocina
brilló la vara del Hada Madrina.
"¡Pídeme lo que quieras, Cenicienta,
que tus deseos corren de mi cuenta!".
"¡Hada Madrina, -suplicó la ahijada-,
no quiero ya ni príncipes ni nada
que pueda parecérseles! Ya he sido
Princesa por un día. Ahora te pido
quizá algo más difícil e infrecuente:
un compañero honrado y buena gente.
¿Podrás encontrar uno para mí,
Madrina amada? Yo lo quiero así...".

Y en menos tiempo del que aquí se cuenta
se descubrió de pronto Cenicienta
a salvo de su Príncipe y casada
con un señor que hacía mermelada.
Y, como fueron ambos muy felices,
nos dieron con el tarro en las narices.

Roal Dahl
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El Oro. Anacreonte
Posted:Sep 19, 2007 4:56 am
Last Updated:Sep 28, 2015 4:54 pm
8030 Views
Si el oro prolongase nuestro años.
El oro sin cesar adquiriría,
Y al mirar ante mí la helada Muerte,
Toma todo, dijerale en seguida;
Toma, y déjame en paz ¿pero qué sirve
El bien mayor que forma nuestra dicha?
Con la muerte ese oro nada puede;
Y si es la muerte inevitable, impía,
Y es la Parca feroz y es inhumana,
¿Para qué quiero avaro sin medida
Acumular el oro? Los placeres
Que en la mesa se gozan: las delicias
Al lado de una hermosa a quien se ama,
¿No tesoro de mayor estima?
¿Qué hallar el hombre en su existencia puede,
Que más resuma las humanas dichas?

Anacreonte
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Amor Estrabico o Ciego?
Posted:Sep 13, 2007 8:22 pm
Last Updated:Sep 17, 2007 4:24 am
6833 Views
En estas letras de Víctor Manuel, el amor se revela más allá de las fronteras visibles para internarse en un intrincado paraje de la filosofía casuística. Revela en ellos cuán profunda pueden ser las huellas dejadas por el amor. Sin duda alguna, dejando a un lado las discusiones sobre los errores políticos cometidos o no por Víctor Manuel no podemos negar que es uno de los grandes cantautores españoles. Sin embargo, el tema que nos llama más la atención en este momento es el sentimiento del amor y locura.

Unos años atrás me encontraba tomando un café con un amigo y pasa una indigente, no tendría más de 30 años y otro sujeto no muy cuerdo la seguía. Mi amigo que trabajaba por la zona, me comentaba que este hombre la protegía como su mujer y no dejaba que ningún otro le hiciera daño. Al parecer dicha relación llevaba bastantes años . Lo que me llamaba la atención es que, siendo una chica tan joven y viviendo durante tanto tiempo deambulando por la calle, nunca se había embarazado ante semejante situación. Me preguntaba hasta que punto esta relación, que no se encontraba dentro de un raciocinio normal, fuera amor verdadero y como sería su conciencia?

En el año 1990, Donatela Marazzitti, psiquiatra de la Universidad de Pisa en Italia, inicia la búsqueda de explicaciones bioquímicas para el DOC (desorden obsesivo compulsivo). Pensó que la serotonina, un neurotransmisor que ejerce una acción tranquilizante en el cerebro, podría estar alterada. Los niveles bajos de serotonina se han ligado a estados de agresión, depresión y ansiedad. Decidió pues buscar enamorados. Publicó un aviso en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pisa solicitando estudiantes voluntarios que se hallan enamorado en los últimos seis meses y que durante esa época hubiesen estado obsesionados por su amor por lo menos durante cuatro horas al día, pero que al mismo tiempo no hubieran tenido relación sexual. Ella deseaba encontrar Romeos y Julietas, con una pasión fresca y sin sexo. Así encontró a 17 mujeres y tres hombres, cuya edad promedio fue de 24 años. Como grupo control seleccionó otras 20 personas que no hubiesen caído en el amor, ni tampoco padeciesen de DOC. A todos ellos les tomó una muestra de sangre, y de ellas separó las plaquetas. Encontró que el grupo control tenía niveles normales de serotonina, mientras en los enamorados estaba como promedio un 40% más bajo. Con el objeto de confirmar que los niveles de serotonina sólo se elevan en los estados de enamoramiento y no después, reexaminó un año más tarde a seis de los mismos pacientes, cuando ya la pasión por su pareja se había normalizado y un afecto más tranquilo la había reemplazado. De este famoso estudio se concluyó que los niveles de serotonina jugaban un papel especial en las relaciones. No podemos negar que cualquiera de nosotros que ha estado realmente enamorado, sabe que detrás de todo tiene que haber un proceso bioquímico cerebral

Hoy día también se sabe que el ingerir alcohol, desciende los valores de serotonina en el cerebro. Perdiéndose las inhibiciones, lo que en ocasiones lleva a ver como muy atractiva, e incluso experimentar sentimientos pasionales, a la persona que está al otro lado del bar. Como podemos observar el DOC tiene un espectro mucho más amplio de lo que hasta ahora se le ha atribuido. Así también algunos impulsos como robar, comprar o jugar, producen placer en la misma forma que enamorarse. Aún hasta los celos compulsivos podrían entrar dentro de este amplio espectro. La gran pregunta es si estas variaciones de serotonina estarán relacionadas con nuestros genes y así hallar una explicación del por qué sucede eso. Las emociones intensas crean imágenes no reales en el objeto amado. No dejemos atrás otros estudios que revelan que las personas que tienen niveles de serotonina crónicamente bajos, tienden a ser más sexys. "Los hombres que tienen menos activo el gene de la proteína que transporta la serotonina (lo que se traduce en niveles más bajos de ella) más activos sexualmente.

Existen casos donde a niveles de crisis fuerte en alguno de los miembros terminan en embarazos no programados. Cómo sucede? Suelo pensar que la persona que atraviesa la crisis busca afecto y de alguna manera se suele actuar menos responsable por ver más allá! A través de la compasión, o de la compresión? Lo que termina sucediendo es que fallaron los métodos y como resultado un nuevo ser llegará al mundo. Y qué de las personas que sufren de ciclotimia, una enfermedad bipolar, como la depresión maníaca, que alterna períodos de intensa agitación con períodos de melancolía? Nuevas investigaciones revelaron que pacientes con ciclotimia se enamoran indiscriminadamente durante sus tiempos felices. Pero ello inevitablemente falla, olvidando su amor cuando lo absorbe una grave melancolía, que incluso puede llevar a sentimientos suicidas.

Así volviendo a la canción de Víctor Manuel, que tan loco puede estar alguien para saber que su amor es verdadero? Si está loco lo sabrá? O entenderá el amor el que no está loco y lo esta recibiendo y disfrutando. Esta señora regresaba al banco donde conoció a su primer amor recordando solamente que fue en primavera. Hasta que punto llegaba la locura de esta pareja? Realmente que esto es un AMOR OSCURO
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El Amor Oscuro
Posted:Sep 12, 2007 6:04 pm
Last Updated:Sep 16, 2007 5:52 am
6475 Views
Como todas las mañanas
se levanta de la cama
y es probable que se prenda
un huevo frito en la solapa
como todas las mañanas
desayuna un cardo seco
mermelada,caracoles, y unas vísceras de perro
solo entiende a lo que importa
algún perro una paloma,
alguna cabra, que atraviesa la ciudad
ajena y sola

Con su traje gris de fieltro
y el gabán de terciopelo
y algún pájaro pequeño
que le anida en el sombrero
y repiten cada tarde
como un rito el mismo parque
un mirarse sin tocarse
un hablarse sin mirarse
suspirando y luego nada
a las diez de vuelta en casa

Ella para no ser menos
se desplaza en patinete
con un casco de bombero
la manguera y dos siameses
las arrugas como surcos
rebozada en colorete
y una boca despoblada
con los restos de algún diente
Lleva siempre una maleta
donde mete lo que encuentra
caminando por la calle
o revolviendo papeleras
sigue fiel al mismo banco
donde amó por vez primera
de qué año no recuerda
sabe que era en primavera

Y repiten cada tarde
como un rito el mismo parque
un mirarse sin tocarse
un hablarse sin mirarse
suspirando y luego nada
a las diez de vuelta en casa

Ella vive con su hermana
y a él le cuida una criada
en el barrio les conocen
como una pareja extraña
él tan alto y elegante
ella vieja y desdentada
con las sienes extraviadas
y algo raro en las miradas
ese amor contra la gente
que les mira y no comprenden
que se afirma satisfecha
que les siente indiferente
ese amor de alcoba oscura
sorprendente y que nos turba
es invento de unos locos
descolgados de la luna

Y repiten cada tarde
como un rito el mismo parque
un mirarse sin tocarse
un hablarse sin mirarse
suspirando y luego nada
a las diez de vuelta en casa
a las diez de vuelta en casa
a las diez de vuelta en casa

Letra de Victor manuel
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Tu Media Naranja! La encontraste?
Posted:Sep 9, 2007 6:40 pm
Last Updated:Sep 23, 2007 3:48 am
7352 Views
EL escrito de Platón "El banquete", menciona una historia y es de esta de donde surgió la famosa frase "Tu Media Naranja" Aunque jalada por los cabellos es su narrativa nunca esta demás conocerla. Así sabrás si realmente has encontrado tu media naranja. Cuenta platón en boca de Aristófanes--,
Intentaré, pues, explicaros su poder y vosotros seréis los Maestros de los demás. Pero, primero, es preciso que conozcáis la naturalezaHumana y las modificaciones que ha sufrido, ya que nuestra
antigua naturaleza no era la misma de ahora, sino diferente. En primer lugar, tres eran
los sexos de Las personas, no dos, como ahora, masculino y femenino, sino que había, además,
Un tercero que participaba de estos dos, cuyo nombre sobrevive todavía, aunque
Él mismo ha desaparecido. El andrógino, en efecto, era entonces una cosa sola en
Cuanto a forma y nombre, que participaba de uno y de otro, de lo masculino y de
Lo femenino, pero que ahora no es sino un nombre que yace en la ignominia. En
Segundo lugar, la forma de cada persona era redonda en su totalidad, con la
Espalda y los costados en forma de círculo. Tenía cuatro manos, mismo numero de
Pies que de manos y dos rostros perfectamente iguales sobre un cuello circular.
Y sobre estos dos rostros, situados en direcciones opuestas, una sola cabeza, y
Además cuatro orejas, dos órganos sexuales, y todo lo demás como uno puede
Imaginarse a tenor de lo dicho. Caminaba también recto como ahora, en cualquiera
De las dos direcciones que quisiera; pero cada vez que se lanzaba a correr
Velozmente, al igual que ahora los acróbatas dan volteretas circulares haciendo
Girar las piernas hasta la posición vertical, se movía en círculo rápidamente
Apoyándose en sus miembros que entonces eran ocho. Eran tres los sexos y de
estas características, porque lo masculino era originariamente descendiente del
sol, lo femenino, de la tierra y lo que participaba de ambos, de la luna, pues
también la luna participa de uno y de otro. Precisamente eran circulares ellos
mismos y su marcha, por ser similares a sus progenitores. Eran también
extraordinarios en fuerza y vigor y tenían un inmenso orgullo, hasta el punto de
que conspiraron contra los dioses. Y lo que dice Homero de Esfialtes y de Oto se
dice también de ellos: que intentaron subir hasta el cielo para atacar a los
dioses. Entonces, Zeus y los demás dioses deliberaban sobre qué debían hacer con
ellos y no encontraban solución. Porque, ni podían matarlos y exterminar su
linaje, fulminándolos con el rayo como a los gigantes, pues entonces se les
habrían esfumado también los honores y sacrificios que recibían de parte de los
hombres, ni podían permitirles tampoco seguir siendo insolentes. Tras pensarlo
detenidamente dijo, al fin, Zeus: «Me parece que tengo el medio de cómo podrían
seguir existiendo los hombres y, a la vez, cesar de su desenfreno haciéndolos
más débiles. Ahora mismo, dijo, los cortaré en dos mitades a cada uno y de esta
forma serán a la vez más débiles y más útiles para nosotros por ser más
numerosos. Andarán rectos sobre dos piernas y si nos parece que todavía perduran
en su insolencia y no quieren permanecer tranquilos, de nuevo, dijo, los cortaré
en dos mitades, de modo que caminarán dando saltos sobre una sola pierna». Dicho
esto, cortaba a cada individuo en dos mitades, como los que cortan las serbas y
las ponen en conserva o como los que cortan los huevos con crines. Y al que iba
cortando ordenaba a Apolo que volviera su rostro y la mitad de su cuello en
dirección del corte, para que el hombre, al ver su propia división, se hiciera
más moderado, ordenándole también curar lo demás. Entonces, Apolo volvía el
rostro y, juntando la piel de todas partes en lo que ahora se llama vientre,
como bolsas cerradas con cordel, la ataba haciendo un agujero en medio del
vientre, lo que llaman precisamente ombligo. Alisó las otras arrugas en su
mayoría y modeló también el pecho con un instrumento parecido al de los
zapateros cuando alisan sobre la horma los pliegues de los cueros. Pero dejó
unas pocas en torno al vientre mismo y al ombligo, para que fueran un recuerdo
del antiguo estado. Así, pues, una vez que fue seccionada en dos la forma
original, añorando cada uno su propia mitad se juntaba con ella y rodeándose con
las manos y entrelazándose unos con otros, deseosos de unirse en una sola
naturaleza, morían de hambre y de absoluta inacción, por no querer hacer nada
separados unos de otros. Y cada vez que moría una de las mitades y quedaba la
otra, la que quedaba buscaba otra y se enlazaba con ella, ya se tropezara con la
mitad de una mujer entera, lo que ahora precisamente llamamos mujer, ya con la
de un hombre, y así seguían muriendo. Compadeciéndose entonces Zeus, inventa
otro recurso y traslada sus órganos genitales hacia la parte delantera, pues
hasta entonces también éstos los tenían por fuera y engendraban y parían no los
unos en los otros, sino en la tierra, como las cigarras. De esta forma, pues,
cambió hacia la parte frontal sus órganos genitales y consiguió que mediante
éstos tuviera lugar la generación en ellos mismos, a través de lo masculino en
lo femenino, para que si en el abrazo se encontraba hombre con mujer,
engendraran y siguiera existiendo la especie humana, pero, si se encontraba
varón con varón, hubiera, al menos, satisfacción de su contacto, descansaran,
volvieran a sus trabajos y se preocuparan de las demás cosas de la vida.

Que les pareció?
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Sabes cual es tu valor?
Posted:Sep 4, 2007 6:40 pm
Last Updated:Sep 12, 2007 4:32 pm
7628 Views
Con frecuencia nos encontramos en la busqueda de quienes somos o cuanto valemos! Igualmente con frecuencia solemos equivocarnos o acudir al sitio o conseguir la informacion inadecuada.
El caso de este relato pudiera ser tu caso!

Un joven concurrió a un sabio en busca de ayuda.
- Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro?. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
- ¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis propios problemas. Quizás después... Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
- E... encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas-.
- Bien -asintió el maestro-. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.
En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, así que rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.
¡Cuánto hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y su ayuda.
- Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
- ¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
- Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
- ¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-.
- Sí, -replicó el joyero-. Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente...
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
- Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.
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Cuanto has vivido?
Posted:Sep 2, 2007 8:44 pm
Last Updated:Sep 6, 2007 2:57 am
7159 Views
Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador
Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco esa alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente para quien su vida es una búsqueda.
Un día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada… Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspaso el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos eran los de un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción … “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla decía “Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió terrible mente conmocionado. Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
- No ningún familiar – dijo el buscador - ¿Qué pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de chicos?.
El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda que fu lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿ Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?…¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas y media?… Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? … ¿y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? …, ¿y el casamiento de los amigos…?, ¿y el viaje más deseado…?, ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano…?¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?… ¿horas?, ¿días?… Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.
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Pensamiento Eclectico
Posted:Aug 30, 2007 6:29 pm
Last Updated:Sep 2, 2007 11:04 am
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Que facil es criticar a los disenadores o constructores. Sin embargo, que dificil es ser original. Bien lo supo Empdocles, que quera a
toda costa ser filsofo, pero no lograba imaginar una nueva teora sobre la materia
prima del universo. Durante aos y aos le dio vueltas y vueltas al problema, sin
encontrar una solucin que le permitiera conseguir la codiciada reputacin de fil]
sofo.
Repasaba una y otra vez las teoras de sus predecesores, a ver si ellas le
inspiraban alguna otra, y daba vueltas incansablemente por el jardn de su casa,
repitiendo:
Hasta ahora han dicho que las cosas fueron hechas de agua..., de aire..., de
tierra... o de fuego. Qu otra cosa podra ser? Mrmol? No... Vidrio? No... Hum!
Agua, aire, tierra, fuego... Aire, agua, tierra, fuego... Eh? Ah! Ya est! Ya lo tengo!
Eureka! Lo logr!...
Y sali corriendo como loco, ante la mirada asombrada de sus esclavos.
Lleg sin aliento a la plaza del mercado, donde se reunan los notables a conversar
sobre poltica, sobre deporte, sobre el precio de los esclavos y a comentar las ideas
de los pocos filsofos que haban existido hasta entonces.
Tengo que comunicarles algo importante! dijo Empdocles.
Ah, picaruelo! dijo un hombre de voz engolada, que vesta una tnica
de ricos bordados. Seguramente conseguiste que Alcides te vendiera esa esclava
que tanto te gustaba...
No. No es eso. He encontrado una nueva teora sobre el origen del uni]
verso!
El solo anuncio provoc gran expectacin y comentarios. Los transentes
rodearon al grupo y corri por la plaza el rumor de que Empdocles haba hecho
un gran descubrimiento.
Cuando hubo bastante silencio, Empdocles, subido en un tonel, dijo con
tono solemne y con la voz estrangulada por la emocin:
Todas las cosas fueron hechas de agua, aire, tierra y fuego...
Despus de esas palabras, hubo un largo silencio. La atmsfera estaba carga]
da de asombro y de admiracin.
Por fin, alguien dijo Es genial! Formidable! dijo otro.
Viva Empdocles! grit un tercero. Y, en el colmo del entusiasmo,
tomaron en andas a Empdocles y recorrieron con l toda la ciudad.
Haba surgido un nuevo filsofo.
La vanidad de Empdocles, aumentada en exceso por ese homenaje y por
los que siguieron, hizo nacer en l, poco a poco, la conviccin de que tena algo
sobrehumano, sobrenatural, un soplo divino.
No. No puedo ser humano se repeta Empdocles. Los hombres
torpes, soberbios y engredos. Yo, en cambio, tengo una visin tan clara de todas
las cosas; soy tan magnnimo y tan humilde al
mismo tiempo Tiene que haberme engendrado
algn dios, dotndome de los poderes de los
dioses
Incapaz de guardar un secreto, lo comu]
nic a su esposa:
Sabes, buena mujer?1 He descubierto
que soy de naturaleza divina.
Ella lo mir un momento, perpleja, y des]
pus le dijo:
No te he dicho que slo bebas durante
las comidas?
Con sus amigos no le fue mejor.
Ja, ja! T siempre tan bromista! le
decan.
Empdocles, amoscado, decidi probar su
divinidad de algn modo. Se encerr tres das en su habitacin, y al cuarto sali y
se fue derecho a la plaza del mercado. All se par frente a sus amigos y les anun]
ci como la cosa ms natural del mundo, mirndose las uas distradamente:
Voy a saltar el crter del Etna.
Con garrocha?
No. A pie junto...
Qu ancho tiene el crter?
Pues, unos trescientos metros.
Entonces no vas a saltar, sino a volar...
Y bien, voy a volar...
Haba algo en el tono de su voz que indicaba que lo deca en serio.
1 Normalmente la llamaba mijita.
Cundo?
Maana.
Al da siguiente, el borde del crter del Etna estaba cubierto por una multi]
tud de curiosos, atrados por el anuncio de Empdocles.
El esplndido cielo azul slo estaba empaado por las tenues columnas de
humo que se levantaban desde las profundidades del volcn.
Empdocles lleg a eso de las cuatro de la tarde. Agit una mano en el aire
para saludar a la multitud, y sta le contest con atronadores aplausos. No faltaban
ingenuos que crean en su divinidad. Slo se escucharon dos o tres silbidos.
El filsofo, con un aplomo asombroso, retrocedi algunos pasos, tom
impulso, corri, salt, abri los brazos, describi una bella figura acrobtica y cay
al fondo del crter. Se oy un chasquido similar al que hace una plancha cuando
uno la toca con los dedos mojados, sali un poco de humo, se expandi un olor que
abra el apetito, y despus... nada.
En su siguiente erupcin, el Etna arroj, entre la lava, una calavera con dos
tapaduras de oro.
Era lo que quedaba de Empdocles.
Uno de los ms grandes poetas de la antigedad escribi sobre este tema un
poema sublime, que termina con estos maravillosos versos:
El gran Empdocles, aquel alma ardiente,
salt al Etna y fue totalmente asado.
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La realizacion de la Existencia. Pesadilla
Posted:Aug 25, 2007 7:22 pm
Last Updated:Sep 9, 2007 6:56 pm
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Porfirio Eglantine, el gran filósofo-poeta, es ampliamente conocido por sus muchos, sutiles y profundos trabajos, pero sobre todo por su inmortal Chant du Néant:

Dans un immense désert
un étendu infini de sable,
je cherche,
je cherche le chemin perdu,
le chemin queje ne trouve pas.
Mon âme plane par ci, par là,
dans toutes directions,
cherchant, et ne recontre rien, parmi
ce vide immense
ce vide sans cesse,
ce sable,
ce sable éblouissant et étouffant,
ce sable monotone et morne,
s'étendant sans fins jusqu’à l'ultime horizon.
J'entends enfin
une voix,
une voix en même temps foudroyante et douce.
Cette voix me dit
«Tu penses que tu es une âme perdue.
Tu penses que tu es un âme.
Tu te trompes. Tu n'es pas une âme.
Tu n'es pas perdu,
tu n 'es rien.
Tu n'existes pas».1

Aunque este poema es bien conocido, pocos los que conocen las circunstancias que lo hicieron posible, ni los hechos que de él derivaron. Por penoso que sea, mi deber consiste en volver a narrar estas circunstancias y estos hechos:

Porfirio era sensitivo y sufridor desde su temprana juventud. Estaba obsesionado por el temor de que quizá no existiese. Cada vez que se miraba a un espejo se sentía lleno de la aprensión de ver desaparecer su imagen. Inventó una filosofía que —así lo esperaba— disiparía este terror. Pero de cuando en cuando, esta filosofía se hallaba lejos de satisfacerle. En general, era capaz de enterrar sus dudas, pero el Chant du Néant, que expresa una súbita y desgarradora visión, muestra claramente su fracaso. Tomó la resolución de existir a toda costa, de manera tan indudable, que la espectral voz quedase reducida al silencio.
La introspección y la observación combinadas le persuadieron de que no hay nada más real que el dolor, y que únicamente por medio del sufrimiento podría realizar su propia existencia. Buscó el sufrimiento a través de todo el mundo en una peregrinación aflictiva. Pasó un solitario invierno en el Ártico, mientras la noche interminable le inspiraba visiones de un futuro sombrío.
En la Alemania nazi se expuso a las torturas, haciéndose pasar por judío. Precisamente en el momento en que aquéllas empezaban a hacerse insoportables —hop, hop, hop— penetró en el campo de concentración el cuervo de Poe, y hablando con voz de Mallarmé, graznó el temible refrán: «Tu no sufres. No eres nadie. No existes.»
Después fue a la Rusia soviética, donde pretendió hacerse pasar por un espía de Wall Street, y pasó un largo invierno junto al mar Blanco, cortando árboles. El hambre, la fatiga y el frío penetraban cada día de manera más profunda en su ser más recóndito. «Seguro —se decía— que si esto sigue así, existiré.» Pero no. En el último día de invierno, mientras la nieve empezaba a fundirse, apareció una vez más el espantoso pájaro, y profirió de nuevo las desmoralizadoras palabras.
«Acaso los sufrimientos que he estado buscando demasiado elementales —pensó—. Si he de sentirme verdaderamente miserable, tengo que mezclar a mis aflicciones un elemento de vergüenza.»
En persecución de este programa se trasladó a China, y se enamoró apasionadamente de una exquisita muchacha china, que se hallaba situada en elevados organismos del partido comunista. Falsificando documentos consiguió que la muchacha fuera condenada como un agente del gobierno británico. En su presencia, la muchacha fue horrorosamente torturada. Cuando, finalmente, a la agonía sucedió la muerte, pensó: «Ahora he sufrido en realidad, pues la he amado apasionadamente hasta el último momento, y, sin embargo, he labrado su ruina con mi cobarde traición. Esto deberá bastar para hacerme sufrir hasta los límites de la capacidad humana.» Pero no. Con frío terror, que le incapacitó hasta para el más leve movimiento, asistió a la aparición del pájaro del Destino, el cual habló una vez más con la voz del poeta inmortal, que había dado a conocer el pájaro al público literario parisiense.
Con un inmenso esfuerzo logró manifestar su desesperación, mientras el pájaro aún estaba allí.
—¡Oh Cuervo! —dijo—. ¿Hay algo en este ancho mundo, algo que pueda inducirte a admitir que existo?
El cuervo profirió esta palabra:
—Busca —y desapareció.
No debe suponerse que las energías de Porfirio se habían agotado en su infructuosa pesquisa. Continuaba siendo en todas partes el filósofo-poeta universalmente admirado, pero, sobre todo, en los círculos más esotéricos. A su regreso de China fue invitado a participar en París en un congreso de filosofía, cuyo principal móvil era el homenajearle. Todos los asistentes estaban ya reunidos, excepto el presidente. Mientras Porfirio consideraba cuándo vendría el presidente, llegó el cuervo y ocupó la presidencia. Volviéndose hacia Porfirio, modificó la fórmula, y en vibrantes tonos, que todo el congreso oyó, dijo:
— Ta philosophie n'existe pas. Elle n'est rien.
A estas palabras, una enorme angustia, incomparable a ninguna previa experiencia, irrumpió en todo su ser, y se desmayó. Cuando recobró el conocimiento oyó que el pájaro pronunciaba las palabras por las que tanto había suspirado.
—Enfin, tu souffres. Enfin, tu existes.
Se despertó y, ¡ay!, había sido un sueño.
Pero nunca más volvió a hablar o escribir sobre filosofía.
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